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Se tomaron de las manos y se pusieron a rezar, cerca del medio día llego Roberta con la ropa, él
se dio un baño y fue a la capilla como ella se lo había pedido, llego y se puso de rodillas,
Miguel: Por favor no me dejes sin mis dos razones para vivir, ella y mi bebé son lo más
importante, por favor que estén bien, queremos mucho a nuestra bebé, te lo ruego,
En el cuarto, Roberta le daba ánimos a ella,
Roberta: Verás que todo saldrá bien
Mia: Si yo tengo fe de que así será,
Roberta: Mi sobrina es muy fuerte y se aferrara a la vida, para que sus papás la puedan querer
mucho
Mia: Así es mi nena
Se le corto la voz y le ganaron las lagrimas, acaricio su vientre, faltaban cuatro meses,
Roberta: La nena va a ser una consentida de su tía,
Mia: Cuñada, ayúdame a que mi esposo duerma un poco, que se vaya a la casa a descansar
Roberta: Ni con carretilla o pistola lo vamos a sacar de aquí, por nada del mundo te va a dejar
sola
Mia: Es que sino el que se va a poner mal será él,
Roberta: Mira ya regresa,
Al verlo, dedujo que había llorado, hizo un gran esfuerzo de no hacerlo frente de ella, pero
cuando estuvo en la capilla, pidió porque estuvieran bien las dos, pero también saco el dolor
que había sentido con la posibilidad de perderla,
Miguel: ¿Cómo te sientes?
Mia: Mejor mi amor, ve a la casa a descansar
Miguel: No me despegare de ti, ni un segundo,
Roberta: Te lo dije cuñada
Mia: Tienes que descansar, sino cuando salgamos del hospital quien nos va a cuidar,
Miguel: Aunque quisiera no me podría ir
Roberta: Hermano, acuéstate en ese sillón, trata de dormir un poco, yo me quedaré aquí,
cualquier cosa te despierto
Mia: Si amor, aunque sea duerme un poco,
Miguel: Está bien, no quiero que te preocupes por mi,
El se acomodo como pudo en el sillón, dormito porque no durmió bien, cualquier ruido lo
sacaba del sueño en que iba cayendo, Mia no le quitaba la vista al monitor donde se veía la
bebé, de pronto,
Mia: Mis papás
Roberta: Les avise en la mañana, al igual que a los míos
Mia: ¿Qué dijeron?
Roberta: Mis papás hoy mismo tomaban un vuelo, los tuyos iban a tratar de cambiar los pasajes de avión que ya tenían para el jueves de la semana que entra
Mia: Venían para mi graduación, aunque eso ya no será posible
Roberta: Verás que saldrás de aquí y
Mia: Si, pero ya no entregue los proyectos que me hacían falta, así que no me podré graduar,
Roberta: No te angusties por eso, veré si se puede hacer algo
Mia: Cuñada ni te apures, para mi lo único importante ahora es que pase el peligro de que
pierda a mi bebé,
A eso de las tres de la tarde fue el doctor, Roberta había bajado a comer algo antes y después
lo hizo Miguel, así que cuando fue el doctor no estaba, no quería dejarla sola por temor a que
Sabrina quisiera ir a hacerle algo, aunque ella le dijo que la trato de agarrar, él sentía que más
bien la termino de empujar,
Doctor: ¿Cómo se siente?
Mia: Bien doctor, ¿cómo está mi bebé?
Doctor: Va mejorando, ya las contracciones pararon esa es buena señal, tampoco ha tenido
sangrado y la fuente afortunadamente no se rompió con ese intento de parto prematuro que
se creo por la caída
Mia: Doctor podría ser completamente honesto conmigo,
Doctor: Desde luego señora
Mia: Mi bebé, ¿tiene posibilidades de salvarse?
Doctor: Claro que si, es una nena muy fuerte, está bien amarrada a la vida, le dije a su esposo
que serían cuarenta y ocho horas, pero con la evolución que veo tal vez mañana les pueda dar
un diagnostico final
Mia: Está bien doctor
Doctor: Ustedes conserven la fe, nosotros hacemos lo posible con nuestros medios, pero allá
arriba siempre nos echan una mano muy grande
Mia: Si doctor,
El doctor iba saliendo y Miguel regresaba
Miguel: ¿Cómo está?
Doctor: Todo bien, espero mañana poder asegurarle que ha pasado el peligro
Miguel: Gracias Doctor
Doctor: Tenga mucha fe
Miguel: Si
No había comido mucho que digamos, ella lo veía muy pálido, todo lo que le dijera sería inútil,
no se iría, Roberta se fue como a las cinco, tenía que finalizar un proyecto para el día siguiente,
también iba a ver si podría negociar que ella se pudiera graduar, le faltaba casi nada y dada su
situación tal vez los maestros tendrían alguna consideración.
A las siete, la puerta del cuarto se abrió,
Miguel: Papá, mamá
Octavio: Hola hijo,
Elena: ¿Cómo está?
Miguel: Bien dentro de lo que cabe, se acaba de quedar dormida hace poco
Elena: Tú no tienes buena cara

ojos del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora