Eternal Love [BORRADOR]

№4 •Hola mamá, feliz cumpleaños•

🎶Life Goes On- BTS

《◇》

El lunes comenzaba en la nueva universidad.

London Royal Veterinary College.

La noche anterior no dormí mucho, cuando las pesadillas de hace tres años comienzan, se que no hay manera de que vuelva a dormir, así que aproveché la oportunidad y me puse a buscar en Internet la nueva universidad que cursaría.

A simple vista, parecía un ligar muy alegre y amplio pero como uno nunca sabe si la información en Internet es verdadera o no, me va a tocar esperar que llegue el día.

Se que, sea como sea, la voy a pasar increíble porque estaré estudiando a los seres que más amo en la vida.

Por lo pronto, debía buscar un trabajo de fin de semana lo antes posible. Perfectamente podría estudiar y trabajar al mismo tiempo, dividiría mi tiempo igual que en Canadá, pero descuidaría mucho mis estudios y no quiero volver a hacer eso. Tenía bastante dinero ahorrado el cual me daría para vivir los primeros cuatro meses sin problema alguno, pero la verdad no quisiera tocar ni un centavo de ahí.

Me obligué a mi misma a salir de la cama, los ojos me ardían y los párpados me pesaban, había llorado la noche anterior. Hoy era el cumpleaños número treinta y siete de mamá.

No sabía donde se encontraba su tumba, pues nunca había ido pero eso iba a cambiar hoy, iría a verla y le pediría perdón, otra vez, por no llegar a tiempo.

En el fondo, yo sabía que no era la culpable, pero una parte de mí se empecinaba en culparme por lo que pasó.

Fui a la cocina para hacer mi desayuno y el de Ginger, no había nadie, era sábado y eran las cinco y media de la mañana.

Encendí la luz y rebusqué entre los víveres lo que necesitaría.

Ayer mientras poníamos nuestras reglas sobre la cocina, llegamos a un acuerdo; podía utilizar de la comida que tenían guardada, pero solo por esta semana, la próxima, debía irme de cabeza al supermercado. Era lo justo y las entendía a pesar de que me doliera la manera tan frívola en la que lo dijeron.

Babi y Annalise me enseñaron a cocinar, podía haberme negado pero entendí que ya era hora de que dejara a un lado mi odio hacia la cocina y aprendiera a utilizarla.

Al principio fue todo muy gracioso, todo lo quemaba o lo hacía mal, pero no hay nada que el tiempo no arregle y a día de hoy, soy muy buena en la cocina.

Después de varios minutos moviéndome por toda la cocina escuché como la puerta principal se abría pero no le presté atención, seguramente era el intento de novio de alguna de las víboras yéndose de la casa.

—He de admitir que eso huele muy bien.

Me giré.

—¿Qué haces aquí tan temprano?

Genial, mi humor mañanero se fue a la mierda.

De pie junto a la isla se encontraba Alexander aún con el pijama puesto.

—¿Quién te enseñó a cocinar?

—Yo pregunté primero—dije mientras servía el desayuno de Ginger.

—Anoche se me quedó el teléfono en el sofá—respondió.

Es cierto,ayer en la noche mientras charlaba por video llamada con Babi, las voces de ellos se escuchaban en el fondo.

—Mi antigua compañera de piso me enseñó—fue mi turno de contestar.

—Vaya pobre chica, merece un premio, enseñarte algo a ti es bien difícil.