#19 - NO QUIERO SONAR ARROGANTE.

1.9K 49 15
                                    

Lo único incomodo de Cancún, que más que incomodo siendo brutalmente honesto, es que el calor es tan húmedo por la zona que uno termina más sudado que un taco de canasta. Y según me informan aquí, en diciembre es como si apenas se fuera saliendo del verano, o sea ¡no hace frio! Chihuahua, ¿dónde estás amada mía que en diciembre me dejas más frio que un muerto? Me pregunto mientras entramos a la pizzería con Zoé y sus amigas. Creo que el único poder que ella no tiene es el poder de hacerme olvidar que el sol me está rostizando como si de un pollo dentro de un horno se tratara, ¡calentamiento global me hartas! o lo que sea.
Carolina y Martha tomaron una mesa cerca del área de los niños, Zoé y yo les seguimos. Les cuestiono de qué quieren la pizza y después de oír sus deseos llego a la conclusión que quieren una pizza de todo, me dirijo al mostrador para pedirla y después espero. Observo a Zoé de lejos, y la veo entrar a ese círculo de cuchicheo que todas las mujeres tienen entre si cuando murmuran de un hombre, o de una mujer, da igual, las mujeres te acaban con el cuchicheo y aunque te sientas entero no lo estas cuando tu nombre entro al círculo de cuchicheo de un pequeño grupo de mujeres, ¡te comieron! Después de unos minutos la pizza esta lista y me dirijo hacia ellas.

-Aparte de poeta, mesero. -Me susurra Zoé, y le tuerzo la boca tiernamente. Tiene que saber que hasta cuando hace bromas fuera de tiempo la quiero.

Hemos hablado ya por algunos minutos y hemos reído, pero mi sonrisa se debe más a lo que ya suponía y acabo de confirmar, que al momento en sí. "Desde el vientre", acaba de responder Zoé cuando le he preguntado si creía en Dios. ¡Si! Esta pequeña etapa de mi vida se llama "eres genial Dios".

-Como tú lo has dicho, desde el vientre. -Sonríe contestándole después que me devolviera la misma pregunta.

No existen casualidades, así como tampoco la suerte, existen propósitos inesperados que te dejan mudo con tu niño interior sonriendo, porque Dios siempre supera las expectativas que tienes de la vida. ¿Cómo iba a suponer que de la punta norte a la punta sur de la república mexicana iba a encontrar este momento tan único en un pedacito de cielo llamado Zoé? Por un momento fugaz pienso en Abraham, en José, Moisés y todos esos hombres que Dios los movió de su tierra solo para introducirlos en una mejor, no sin antes procesarlos a su manera, y no en la manera que ellos querían. Pienso en este Damián, aferrado a permanecer en una ciudad en la que solo le liga el sentimiento de nostalgia porque allí creció, pero no el propósito. Es sorprendente como, sin darnos cuenta somos capaces de tirar al caño todo un plan divinamente trazado por aferrarnos más a emociones pasajeras que a propósitos divinos. Aunque estoy consciente que Zoé no es el propósito final de toda mi vida, si tengo que reconocer que es una etapa perfecta y sublime de ese fin, y que no podre, ni tampoco quiero, llegar al fin sin antes haberla vivido con ella. No puedo imaginar a Dios enojado porque me enamore. ¡Ja!

-Chicas es tarde, aún tengo que llegar a casa. ¿Nos vamos? -Sugiere Zoé a Carolina y Martha, me mira como buscando mi aprobación y ella sabe que no me resisto cuando asiento.

-Venga, vámonos tía que tu padre nos mata si sabe que te hemos raptado. -Le dice Martha bromeándole al momento que levantan sus bolsas y se dirigen a la puerta de salida.

-Su papá es español, pero no se nota, -me indica a susurros sonriente Carolina, -¿verdad?

-No tengo el privilegio de conocerle, -respondo apenado.

-E igual y no lo conoces he. No creo que el Tito se ponga feliz de saber que Zoé trae a un galán como tú tras sus huesos, -me dice Caro.

-¿Quién es Tito? ¿Y porque me impediría conocer al papá de Zoé?-Le cuestiono con cierta ignorancia y sutileza a la vez que tiro a la basura la caja de pizza.

-El novio de Zoé, -dice mientras salimos de la pizzería, -muy guapo el chico, la verdad. Pero es de dominio público que su papá no lo pasa. El chavo es medio raro, no pierde la cabeza porque la trae pegada.

POEMAS PARA ZOÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora