#31 - SIGUE AQUÍ.

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Leo:

Esto es lo último y a la vez el principio ¿vaya paradoja, no? Quizá hay historias que tienen su fin antes de empezar, yo, te estoy regalando un fin para después iniciar. Aún, mientras te escribo esto, me tiemblan las manos porque no estoy seguro de hacerlo, (por cierto, perdona por ser tan anticuado y hecho un tanto a la antigua, bien podría mandarte un mail, pero prefiero que conozcas hasta mis errores ortográficos con los cuales también quiero decirte lo mucho que me encantas), a decir verdad estoy un poco aterrado, porque de haber hecho mal mis cálculos voy a terminar dolido de este acto. Déjame contarte en resumen de qué trata, y como comenzó:
Cuando yo tenía seis años, mis padres asistieron a un taller de matrimonios donde, el conferencista, un reconocido pastor, decía que una de las mejores cosas que pueden hacer por los hijos es proteger su corazón. Por lo tanto, como el área ante la cual nos encontramos más vulnerables es el amor, sugería que como padres oraran por la mujer u hombre con quién sus hijos en algún momento compartirían el resto de sus vidas. Sin más, mis padres empezaron a hacer eso, a orar por Diannela y por mí; e incluso nos hacían que oráramos por dicha causa. A los 6 años uno no entiende nada de eso, Zoé. Pero pedíamos a Dios por la persona con la que un día expresaríamos todo el amor que dos personas de pueden expresar.

Un día, cuando cumplí 8 años, papá me regalo una cámara, con la que, por simple hobby, empecé a registrar diferentes momentos de mi día a día para después pasar horas en mi cuarto analizándolos. Nunca grave nada interesante, pero me divertía haciéndolo. Después de un par de meses creyéndome reportero, tuve una gran idea. Pensé en esas oraciones que papá y mamá hacían por esa persona especial que un día aparecería en nuestras vidas y decidí grabar el proceso de espera. Me grave a mí mismo hablándole a esa persona.

Así fue como los muchos vídeos que encontrarás en el baúl nacieron. He grabado los últimos 10 años de mi vida en pequeñas porciones. Hay cosas que dije de las cuales yo mismo me sorprendí, sin embargo no las creo incorrectas. En ellos verás mi tan complicada niñez, entre otros momentos de mi vida entre los cuales siempre supe que aparecerías. Me conmueve el sólo hecho de pensar que lo que estoy haciendo puede ser un error fatal, pues siempre me prometí que todas estas grabaciones solo las vería la persona con la cual, yo estuviera seguro compartiríamos una vida. Valoro tanto el conjunto de vídeos, música, fotos, detalles y de más cosas que te llegarán por separado (para lo cual el baúl tiene los dos pequeños compartimento).

Desde el primer día que inicie esto le titule: "Poemas para...", debido a que nunca supe que nombré poner, porque no sabía a quién iba dirigido, hasta que te vi. Más bien no sabía lo que quería hasta descubrir tu existencia. De pronto apareciste en mi vida, haciendo un caos de lo que siempre había tenido en orden. Tú y esa sonrisa infinita e imborrable. Tú y todo lo que eres. Tú y nadie más. Redujiste todo mi tiempo al simple detalle de verme a los ojos cuando caí frente a ti.

De pronto estoy tan seguro, y al momento tan dudoso de hacerlo, pero, si este baúl está en tus manos significa que contra todos los pronósticos y diagnósticos, lo envíe. No lo envíe como un recurso más para conquistar tu corazón, lo envíe porque ya no encontraba razones para no hacerlo. Todo me dice que eres tú. Quizá mañana cuando me levanté y vea que entre mis cosas falta mi viejo baúl de madera, me voy a arrepentir, pero no te pediré que me lo devuelvas. Pues si después de todo esto, jamás tengo una oportunidad contigo, lo lamentare. Pues tendré que decirle a la persona con la que me case, no queriendo con ello justificarme, sino queriendo ser veraz e íntegro en mis palabras:

"perdóname, me equivoque, lamentablemente pensé que ella eras tú".

Porque ¿sabes? siempre estamos buscando a una persona Zoé, a esa que es única, y aunque muchas aparezcan para usurpar su lugar, sólo son equivocaciones en la búsqueda de esa persona. Yo lo sé, soy de esos, de los que entré los millones de seres humanos que habitan este mundo, sabemos que hay una sola persona a la que buscamos, y encontraremos. Pero también sé que en la búsqueda, muchas veces nos perdemos, pero cuando le hallamos sabemos que todo lo vivido fue apenas diversos caminos que nos llevaron a ella. Me encantaría, después de todo lo que tengamos que vivir, no tener que decirle "me equivoque", a nadie, sino poder decir con la frente en alto, ante ti:

POEMAS PARA ZOÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora