Luces y ¿celos?

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Max pasaba hasta su tiempo a solas con Julia, tratando de disipar la atención que le dedicaba al exnovio de su novia. Aunque inconscientemente Julia no dejaba de nombrarlo, era entendible había pasado tres años con ese hombre, era obvio que muchas de sus anécdotas serían con el. Y aunque trataba de convencerce a sí mismo que no le importaba, no puedo evitar compara su trasero con el de Sergio, lo que llevó a aumentar sus pesos en su rutina de tren inferior.

Max se encontraba viendo como Checo le daba vueltas al coche y revisaba datos con sus ingenieros. Max buscaba una excusa para acercarse.

Claro todo por Julia.

Oye, Sergio, ¿cómo va todo? —preguntó Max, tratando de sonar casual.

Sergio levantó la vista, sorprendido por la iniciativa de Max. —Bien, solo revisando algunos datos. ¿Y tú?

Igual, solo buscando mejorar algunos detalles para la próxima carrera —respondió Max—. Escuché que tienes un ritual antes de cada carrera. ¿Es cierto?

Sergio sonrió, algo sorprendido de que Max lo supiera. —Sí, escucho una canción específica. Me ayuda a concentrarme. ¿Tú tienes alguno?

Me como una galleta oreo con mostaza - dijo Max y Sergio no pudo evitar soltar una risa eufórica.

Eso suena asqueroso - dijo Sergio aún entre risas.

No es tan malo, deberías intentarlo - dijo Max riendo de igual manera.

La conversación fluyó con naturalidad, y Max sintió una extraña satisfacción al hablar con Sergio. Aunque no quería admitirlo, cada interacción lo dejaba queriendo saber más.

Esa noche Max cenaba con Julia. El estaba seguro de que en internet había una foto de Julia y Checo cenando en este mismo restaurante.

Con el paso de las semanas, Max continuó buscando oportunidades para interactuar con Sergio. A veces eran charlas breves en el garaje, otras veces eran intercambios rápidos en el paddock. Cada interacción dejaba a Max con más preguntas que respuestas, pero también con una extraña sensación de satisfacción.

Aunque tal vez la satisfacción se debía a que sentía que estaba alcanzo a Sergio en cuanto a la medida del trasero.

Checo era como un exnovio perfecto, nunca lo escuché decir nada malo de Julia o en su defecto de mi, y Julia nunca dijo nada malo de él. Max estaba muy celoso.

Un fin de semana, el equipo organizó una pequeña fiesta para celebrar una serie de buenos resultados. Max, Julia, y Sergio asistieron, junto con otros miembros del equipo. Max se encontró observando a Sergio desde la distancia, notando cómo interactuaba con los demás, siempre con una sonrisa y una palabra amable.

Julia, notando la mirada de Max, se acercó y le dio un pequeño empujón con el codo—. Sergio siempre ha sido el alma de la fiesta. Sabe cómo hacer que todos se sientan bienvenidos.

Max asintió, sin poder apartar la vista de Sergio. Esa noche, mientras caminaba de regreso al hotel con Julia, Max no pudo evitar preguntarle más sobre su exnovio.

—Julia, ¿qué crees que es lo más importante que aprendiste de Sergio? —preguntó.

Julia pensó por un momento antes de responder—. Creo que su capacidad para mantenerse positivo y dedicado, sin importar las dificultades. Siempre veía el lado bueno de las cosas y nunca se rendía.

Max recordo que siempre antes y después de cada carrera, sin importar el resultado decía never give up. Max supuso que era algo admirable.

¿Porque habían terminado estos dos? Se preguntó Max para si mismo. En momentos asta sentía que sobraba. Max realmente sentía celos y no sabía cómo controlarlos.
















"Su risa era contagiosa," había dicho ella, riendo ante el recuerdo. "Podía hacerme reír hasta las lágrimas con sus historias divertidas."

Max se encontró deseando haber sido capaz de provocar esa misma alegría en ella. Sergio parecía tener una energía positiva que todos adoraban.

Obsessed | Chestappen Where stories live. Discover now