8. Muerte

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La ansiedad que estaba sufriendo Tom, no era normal. Ya eran dos días en los que Stella estaba en el Hades y él no podía evitarlo. No podía despertarla y lo peor es que sabía que Stella estaba sufriendo.

Durante el mes que estuvo dormida, Stella se mantuvo completamente tranquila en su eterno sueño. Era hermoso verla tan apacible y tranquila, como una bebé.

Pero ahora era distinto. Stella gritaba de pánico sin llegar a despertarse, se retorcía,sudaba, hasta lloraba... Y él no podía hacer nada.

Ese día, Tom perdió los nervios prendiendo en llamas. Fue por culpa de los ineptos semidioses, quienes vinieron a interceptarlo y a molestarlo.

—Déjala tranquila—dijo Orión—. Stella es listísima y sabrá qué hacer.

—En realidad es muy tonta —dijo Poseidón al fondo de la habitación mirando sus uñas como si le diese igual que Stella estuviera convulsionando desesperada.

Apolo quería llorar: había veces en las que Stella se hacía daño a sí misma de la desesperación.

Apolo caminó hacia Poseidón de manera amenazadora pero Paris lo detuvo.

—¡Que sepas que me follé a tu nieta Ariel! —. dijo Apolo enfadadísimo por la actitud de Poseidón.

Zeus se rió pero dejó de hacerlo por la mirada de Hades.

Hades estaba al lado de la cama tomando la mano de Stella como si fuese un cadáver ya que se cubría el rostro con la mano libre y casi parecía que sufría por el estado de Stella.

Cualquiera que mirada la escena desde afuera, creería que se trata de la muerte de un ser querido.

—¿¡No puedes hacer nada!?—chilló Apolo yendo hacia Hades—. ¡Son tus tierras! ¡Tienes que traerla!

—Yo no puedo sacar a los que entran en el Hades. Si entran, ya no salen, y si pueden salir, como Stella, tienen que buscarse la manera de hacerlo.

—Qué clase de dioses sois. Tenéis un puto trabajo y no lo estáis haciendo.

Hades levantó la mirada ante la insensatez de Apolo. Se supone que era el dios de lo racional, no de lo imprudente... Stella lo estaba sacando de su zona y lo estaba humanizando.

—No te metas con Hades —advirtió Merenheit.

—¿Qué vas a hacer? Niñata.

—A mi novia no le hables así —dijo Paris.

—Oh, vaya. ¿Antepones a una rastrera antes que a tu padre?

—Sí, mil veces, sí.

—Ahora ya entiendes por qué nunca fuiste un hijo querido.

Y silencio. ¿Cómo sería que tu propio padre te diga que no te quiere?

—Suficiente —dijo Orión—. Deberías irte, no eres bienvenido aquí.

—Bien —dijo acercándose a Stella pero Orión se interpuso.

—Sin Stella.

—Mis cojones —escupió incrédulo—. Yo salvé a Stella de Ares, tengo el derecho a llevármela.

—¿Eso te hace tener potestad sobre ella? —. Orión cada vez estaba más tenso—. Stella no es tuya, ni de nadie.

—¡Stella es mía! —cada vez perdía más la compostura—. Tengo que proteger lo que es mío.

—¡Vamos! iStella ni se quiere casar contigo! ¡Es más, quiere huir de ti! ¡Prefiere hacerse esclava de Hades antes que pasar algún momento más a tu lado!

𝕯𝖎𝖔𝖘 𝕲𝖗𝖎𝖊𝖌𝖔. ꜰᴛ ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora