18. El Olimpo.

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—¡Dilo! —ordenó Apolo.

—¡No!

Apolo estaba encima de Stella en el ring mientras torcía su tobillo salvajemente, a punto de romperlo. Stella gimió de dolor retorciéndose con tal de soltarse.

—¡Repite después de mí!

—¡No!

—Mientras más te resistas, más daño te haré, Repite: Apolo eres hermoso y poderoso, y estoy completamente obsesionada contigo.

Stella lo miró muy mal, pero fue un instante ya que él volvió a torcer su tobillo a tal punto de casi romperlo.

—¡Repítelo!

—Socorro —murmuró Stella a punto de desmayarse.

—¡Repítelo! —esta vez tiró tanto de su tobillo que ella se sintió desfallecer.

—¡Vale, vale! ¡Apolo eres hermoso y poderoso, eres mi Dios favorito y estoy completamente obsesionada contigo!

Apolo la soltó. Stella cayó rendida al ring mientras él sonreía:

—¿Ves? Cuando me haces caso, todo va bien, es más hasta agregaste palabras.

—¿Y de qué me va a servir todo esto?

—Disciplina, semidiosa. No te centres en el mensaje, céntrate en la intención. Tú no eres la líder de esta revolución, tienes que bajar la cabeza y obedecer a tus líderes.

—Pero por esa razón se está revelando Paris.

—Semidiosa, lo que Paris no entiende es que nuestro mundo, es un mundo estructurado, alguien tiene que mandar... Durante milenios hemos sido nosotros, ¿Has visto lo bien que me conservo como para haber estado gobernando milenios? —empezó a lucir sus bíceps haciendo que Stella hiciese los ojos blanco—, Creo que lo primero que dijo aquella pintón que maté fue: qué criatura más hermosa, voy a morderla a ver si se me
pega algo. Y pues... La maté, yo no me ando con tonterías.

—¿Y así quieres que te tome enserio? —jadeó Stella.

—Claro, nena. Hasta si quieres te dejaré tocar mis abdominales, yo sé que quieres. A mí no puedes mentirme, semidiosa. Suficiente por hoy, estamos ambos agotados y tu ojo se está poniendo morado, creo que el puñetazo te pudo haber matado si hubiera ido con más fuerza.

Es verdad, Tom le dio un puñetazo en la cara por pura imprudencia de ella. Tuvo tiempo para evitarlo, pero prefirió comerse el puño de Apolo dejando su ojo morado.

—Soy el dios de los médicos, te curaré en un santiamén. Así que andando.

Stella al levantarse, se mareó al perder visión del ojo amoratado. Se echó hacia atrás pero Apolo estaba ahí para atraparla.

—Hey, Hey—susurró—. ¿Estás bien? —se arrodilló arrecostándola en el suelo.

—Me da vueltas todo.

—Has hecho mucho esfuerzo, debe ser eso. Más la pérdida de visión... Todo tu ojo izquierdo está haciendo el esfuerzo.

—¿Se me pasará?

—Te curaré yo —sonrió Apolo quitándole el cabello de la frente—. Cierra tus ojos, semidiosa.

Ella lo hizo y Tom colocó una de sus manos encima de su ojo lastimado. Stella podía imaginar sus venas brillar... Empezó a sentir pequeñas corrientes que se resumían en puros escalofríos.

Después de un rato, él se detuvo.

—Abre los ojos.

Stella parpadeó para acostumbrarse a la luz solo para encontrarse a Tom sonriendo. Tenía hoyuelos en las mejillas y sus preciosos ojos estaban brillantes. Stella se incorporó para mirarlo y sonreír.

𝕯𝖎𝖔𝖘 𝕲𝖗𝖎𝖊𝖌𝖔. ꜰᴛ ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora