10. Ayuda

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—¿Todo bien? No quiero interrumpir pero vuestros amigos están por pasar—dijo Alejandro.

Stella corrió hacia la orilla después de darle una mirada de desdén a Tom, para arrodillarse con Alejandro tomando su mano por si se caía.

Stella estiró la mano hasta el brazo de Orión para tirar de él. Fue como que los hubiera despertado con un balde de agua helada. Ambos se despertaron jadeando y muertos de frío. Tom apartó de un manotazo a Alejandro y Stella cayó al agua junto con todos las almas.

Al caer Stella y levantarse Orión con Victoria las almas se disiparon momentáneamente dejando un río común y corriente. Muy caliente pero un río normal.

—¡Tom! —chilló Stella levantándose.

Alejandro se lanzó al agua para ayudarla a salir. Si el vestido era transparente, ahora dejaba ver todo de Stella. Tom encolerizó al notar que Alejandro la veía de pies acabeza y su propio hijo igual.

Se metió al agua para cubrir a Stella.

—¡Eres como un niño pequeño! ¡Ahora mírame! ¡Mírame!

Tom  se quitó la camiseta blanca y se la tiró a la cara, literal. Stella chilló chapoteando hasta la orilla para salir.

—¡Que te cubras! —bramó Tom.

—¡Que te jodan!

Orión y Victoria observaban todo ensimismados.

Acaban de morir y ahora estaban viendo una pelea entre Stella semidesnuda y Tom en el río sin camiseta.

Alejandro salió para asegurarse de que Stella estuviera bien.

—¿Estás bien? —le preguntó tomando su brazo—. Ven, vamos a buscar algo para cubrirte.

—¡Ah, no! ¡No te la llevas! Stella, ven aquí.

—¡No soy tu perra, imbécil!

Stella cada vez se alejaba de la orilla. Alejandro la seguía y Tom ya estaba saliendo del agua.

—Este tío es imbécil—murmuró Stella.

—Cálmate, Stella. Vamos a buscar algo calentito para ti.

—No tengo frío! Quiero irme a casa—. murmuró con ganas de ponerse a llorar.

Tom la había dejado en ridículo. ¿Qué más quería de ella? Ahora estaba prácticamente expuesta a Alejandro y a Orión solo por los celos de Tom.

—Stella, no... No llores —murmuró Alejandro yendo hacia ella para abrazarla.

—¡No la toques! —chilló Tom corriendo hacia ellos y empujando a Alejandro.

Lo hizo tan fuerte que Stella y Alejandro cayeron al suelo.

—¿¡Qué coño te ocurre!?—le gritó Stella desde el suelo.

—Cúbrete—volvió a lanzar su camiseta empapada encima de Stella.

Alejandro se interpuso entre ambos enfrentando a Tom.

—Deja en paz a Stella —advirtió Alejandro.

—¿Quién eres tú para decírmelo?

—Alejandro III de Macedonia, el que en pocos años consiguió uno de los imperios más grandes del mundo.

—Ah, genial. Pues yo soy un dios —dijo irónicamente Tom.

—Pues yo me gané mi titulo por mérito propio, ¿y tú? No te tengo miedo, te recuerdo que no creía en ti.

—Cuando te reviente la cara vas a ver lo real que soy... —amenazó Tom yendo hacia él.

Stella, con un atisbo de racionalidad, se colocó entre ambos empujando a Alejandro hacia atrás para evitar el contacto de estos dos.

𝕯𝖎𝖔𝖘 𝕲𝖗𝖎𝖊𝖌𝖔. ꜰᴛ ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora