La Musa Del Magnate [+18]

D I E C I S I E T E | S I M P L E M E N T E . . . H E R M O S A 🌂

«Podía ver que ella no se creía hermosa y era normal después de tener semejante personaje como pareja. Pero le demostraría la belleza tan única que poseía y que dejaba a cualquiera hipnotizado, incluyéndome el primero»

Tiger Davenport.

Recogiéndose el cabello largo hacia un lado, dejando mostrar lo largo y hermoso que poseía el cabello natural de ella, la joven Ava se miraba al espejo. Apenas se había maquillado, tan solo se había hecho algún que otro retoque, sobre todo resaltando sus grandes ojos que se analizaban tras el espejo.

A decir verdad, Ava no era una fanática a mirarse en el espejo. Prefería evitarlo si podía. Quizás la época en la que vivió en aquel lugar tan horrendo con aquella persona que solo le había hecho la vida imposible, la hizo así, ser mucho más cerrada, llena de cicatrices emocionales y físicas... Por no hablar de la inseguridad que siempre iba con ella hacia todos lados.

Quería cambiar esa parte de ella, poder borrarla y no volver a recordar nunca más lo que había vivido en los primeros años de su vida. Pero algo así no se borraba nunca y su cuerpo era un constante recordatorio de lo que vivió.

Toqueteándose el cabello mientras se miraba hacia aquel espejo, su mirada cambió a una más oscura, triste, distante... Cada vez que le llegaba esos recuerdos en su mente, todo en ella cambiaba y ojalá no tuviese que pensar en ello. Pero no era tarea fácil.

De pronto, la puerta de su cuarto se abrió y un impecable Tiger Davenport, vestido a medias con un perfecto esmoquin, el cual le faltaba tan solo la chaqueta tan elegante que descansaba sobre el sofá del salón de aquella suite, se acercó a ella tranquilamente.

Los impresionantes ojos llenos de hambre empezaron a bagar por el perfecto cuerpo de la bailarina, que llevaba un simple vestido rosa palo que encajaba con su cuerpo, quedándose ceñido a ella, junto con una falda que llevaba por sus rodillas. No podía evitar bajar más la mirada para ver los tacones que llevaba puestos del mismo color y que le hizo tener varias imágenes llenas de lujuria con ella totalmente desnuda, agarrándose a él mientras solo llevaba esos tacones, a la vez que él movía las caderas en el centro de ella.

Tuvo que retirar dichas imágenes rápidamente para evitar que su tienda de campaña se montase mucho más rápido de lo que debía.

Mordiéndose el labio frente a ella, dejando a una Ava totalmente hipnotizada por cómo mordía esos labios, deseando ser ella lo que él mordiese a su gusto, tuvo que fingir una mirada tranquila y pasiva. Aunque en el fondo se moría de ganas por volver a probarlo y comer la boca de ese hombre.

Tiger siguió subiendo su mirada por las piernas largas de ella, bien definidas por el baile, para luego llegar al trasero perfectamente redondo de Ava, subir por la estrecha cintura y ver la espalda tapada de la joven por aquel hermoso vestido.

Lo que él no sabía, es que aquel vestido tapaba las cicatrices de la espalda que ella tenía y le daba miedo que cualquier otra persona las descubriese.