Pétalos Carmesí [Pausada]

Arco 2. Guerra: I Camino Ninja de Sasuke

  - Así que por fin me han alcanzado.

- ¿Por qué el original no está contigo? – el cielo estaba oscuro y la llovía caía de forma constante empapando la tierra y todo lo que estaba sobre ella.

Aquel individuo se giró para encarar a los que le tenían rodeado. – Si tanto les disgusta que esté fuera, ¿por qué no intentan capturarme? – sus ojos brillaron carmesí.

- ¿Acaso nuestro original está...? – se preguntó de ellos, el temor se reflejaba en los ojos de todos.

- Si atacan tantos de golpe, seguro que consiguen respuestas – aquella fue una provocación. La cual funciono, pues todos aquellos Zetsu se lanzaron al ataque, pero los ojos del individuo en el medio cambiaron y de repente un fuego negro consumió todo alrededor. Atrapo uno de aquellos clones y gracias a su doujutsu avanzado se enteró de todo lo que estaba sucediendo. Una sonrisa ladina apareció en su rostro – al parecer yo también tendré que unirme. Itachi, ¿puedes verme? Graba con estos ojos todo lo que hare por ti – musito y una línea de sangre escurrió por su mejilla.

Sin pensarlo más se dirige corriendo en dirección al campo de batalla cuando lo ve y su cuerpo se congela, su corazón late con prisa mientras parpadea intentando discernir si esta es la realidad o un sueño. Más aquel no se detuvo y no le queda otra que seguirlo - ¡Espera! – grita más él no se detiene, saltando con rapidez por las ramas de los árboles - ¿Realmente eres tú Itachi? – pregunta sin recibir respuesta alguna - ¡Te estoy diciendo que espera! – solicita exasperado activando una forma parcial del susanoo atacando con aquel brazo esquelético, sin embargo, fue repelido, generando un choque, naranja rojizo y azul morado, dejando impactado a Sasuke. – Ese Susanoo... así que sí eres tú, Itachi.

- No pensé que lograrías utilizarlo tú también.

Aquellas palabras lo enfurecieron - ¿Qué haces aquí? ¡Tendrías que estar muerto!

- Lo siento Sasuke, pero realmente no se la razón por la que sobreviví – responde con el ceño fruncido – No puedo detenerme, hay algo que debo hacer sin falta.

- ¡¿Y a mí qué me importa?! Ahora que estas justo ante mí, tengo un montón de cosas que preguntarte – en su tonó de voz se podía sentir ira, enojo, resentimiento, pero en lo más profundo había un anhelo que quería sobresalir.

- Si te dijera que lo dejes para más tarde, seguro que no me escucharías.

- ¡Tú mismo lo dijiste! ¡Dijiste que fuera a verte cuando tuviera unos ojos como los tuyos! – le reclama, casi en gritos. Sus puños se aprietan mientras que le cuestiona - ¿Entonces por qué huyes? ¿tienes cargo de conciencia por haberme mentido? ¿o es que no tienes valor para decirme la verdad? – hace una pequeña pausa y ante el silencio musita lo que le ha estado pesando todo este tiempo – ya sé todo sobre ti. ¡Por eso he decidido que destruiré Konoha!

- Creo que te lo dije cuando luchamos. La gente vive dentro de sus impresiones – le responde de forma calmada. – Si así es como piensas, puede que tu verdad solo sea una ilusión, y que la realidad sobre mí sea de verdad...

- ¡Ya no estoy dentro de una ilusión! ¡puedo discernir tus ilusiones! – le dice mientras niega con la cabeza - ¡Estos son tus ojos!

Ante lo cual Itachi lo observa de reojo – Tú confianza al hablar no ha cambiado, pero ni siquiera puedes ver lo que está en frente de ti – contesta negando con la cabeza – estoy vivo y esos no son mis ojos... son los ojos de nuestro padre. – Con voz más fría le dice, sabiendo que sus palabras están causando un fuerte impacto en el Uchiha menor - Y yo sé lo que has hecho. Has cambiado mucho.

- ¡Eso no es verdad! Estos son tus ojos – trata de creer en sus palabras y su convicción – tú fuiste quien me cambio por completo hace mucho. – Sus ojos se cierran tratando de contener el dolor que sentía en aquel momento - ¡Debería haber muerto! ¡Deberías haberme matado junto con nuestros padres! Pero... - en su mente estaban aquellas palabras: por lo que Itachi tomó aquella decisión. Él por su cuenta elimino todo su clan. Él no odiaba a los Uchiha y tampoco los traiciono. La discriminación de la aldea... y ser el antagonista... él solo cargo con esa culpa. Verlo adelante, vivo, con aquellas prendas extrañas, no sabía cómo sentirse. Nunca nadie cuestionó a Itachi por la decisión y el sacrificio que hizo. – ¿Por qué yo? ¡¿Por qué solo quede yo?! – le cuestiona en gritos - ¿por qué a mí? ¿en que soy diferente a nuestros padres? ¿por qué solo a mí?