CAPÍTULO 06

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Kennedy

Me paro en medio de la gigante habitación de Mason rodeada de tantas cajas y bolsas que ni siquiera sé por dónde empezar. Es un poco abrumador. La habitación parece como si una tienda hubiera estallado en medio. Ha dejado el espacio una vez impecable, en un desastre total, lo cual es una hazaña porque es el doble del tamaño de mi antiguo apartamento.

Habíamos ido a tantas tiendas hoy que todo empezó a hacerse borroso, no podía pronunciar los nombres de algunas, y otras me hicieron sentir completamente fuera de lugar. Recibía las miradas más extrañas de las vendedoras hasta que veían a Mason. Entonces sus ojos se iluminaban como si acabaran de ganar la lotería.

Probablemente tuviera algo que ver con la comisión que ganan a causa de las compras compulsivas. Algunos de los lugares ni siquiera tenían etiquetas de precio en los artículos.

Todo el tiempo, Mason se puso de pie y me vio cambiar de un traje a otro. Al principio pensé que era dulce cómo sus ojos nunca me dejaban. Entonces comencé a preguntarme si esto era simplemente como funcionaba todo, si era cómo trataba sus amantes. Había concentrado su loca intensidad en mí, y estaba segura de que cada mujer que había sentido esto antes de mí, estuvieron tan encantadas como yo. Dijo que había tenido muchas.

Tal vez era nada más algo divertido y nuevo, y pronto acabaría conmigo. Cuando la novedad desaparezca, ¿dónde me dejará eso?

Definitivamente sin una casa, pero tal vez podría seguir pagando mis facturas durante el tiempo que esto dure. Sé que debo intentarlo. Tal vez debería googlear cómo ser una amante o algo. ¿No se supone que debo ser seductora? Porque definitivamente no lo soy. No tengo ni idea de mis acciones cuando me pone las manos encima.

Afortunadamente siempre me lo dice.

La peor parte es estar respondiendo a ello. Me dejo ir cuando no debería hacerlo; soy su juguete.

Me contrató para ser su puta pagada, pero por alguna razón a mi cuerpo no le importa. De hecho, sólo me pone más caliente. La idea de pagarme hace que mi cuerpo palpite con necesidad. Algo está mal conmigo. Esto no debería encenderme. Me ordenó chupar su polla, y estaba muy dispuesta. No porque me pagara, sino porque quería hacerlo. Quería complacerlo, tocarlo. Quería que me tocara. Quería que hiciera que mi cuerpo cobrara vida de nuevo. Porque eso es lo que pasó cuando su piel encontró la mía. Por esos pocos minutos, sólo fuimos nosotros. Sólo placer, y el resto del mundo se evaporaba. Todas mis preocupaciones y miedos se apartaron, estaba perdida en él.

Hasta que la realidad empezaba a regresar. Como lo está haciendo ahora mismo. Estoy sola en su dormitorio. Se apresuró a salir por la puerta y me dejó de pie aquí, diciéndome que es donde me alojaría. No en otro apartamento o incluso otra habitación. Voy a estar en su cama todas las noches. Lo dejó muy claro. De hecho, avisó que, a su regreso, lo mejor sería que estuviera desnuda en su cama.

Lo que no me dijo fue qué iba a hacer. Solo sé que recibió una llamada y se fue. Una llamada de una mujer, si mis oídos oyeron bien. Odio cómo eso me hizo sentir. Los celos que me atravesaban fueron casi incontrolables. No es asunto mío. La noche anterior, cuando estaba acostada en la cama y me preguntaba en qué me había metido, me dije que debería haberme ido al saber lo que realmente era ser la asistente de Mason. Era más que contestar llamadas telefónicas y tomar notas. Sé que no debería estar apegada a él. Este es un trabajo, algo que me mantendrá lejos de la calle y de un apartamento de mierda donde temo dormir la mayoría de las noches. Esto mantendrá a mi abuelo en un hogar de ancianos de alto nivel sin el miedo de ser incapaz de pagar sus cuentas.

La cosa es que mi mente y corazón no se están compenetrando. Algo acerca de Mason me atrae. La forma de mirarme. La forma de parecer no poder obtener suficiente de mí a veces. Pero entonces su mirada se transforma como si hubiera cambiado de posición. Puede pasar a querer despedirme tan rápido que es inquietante. Casi como si estuviera enojado conmigo por hacer lo que me dijo que hiciera.

Pagada - ARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora