𝐖𝐆 ! I never dreamed that 𝐈'𝐝 𝐥𝐨𝐯𝐞 somebody like you and I never dreamed that 𝐈'𝐝 𝐥𝐨𝐬𝐞 somebody like 𝐲𝐨𝐮.
La princesa Daella Targaryen quería
a su hermana Rhaenyra más que a nadie,
...
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LA SALA DEL TRONO ESTABA DECORADA CON TELAS DE SEDA Y CANDELABROS DE plata. Las antorchas parpadeaban, creando sombras danzantes en las paredes de piedra negra. Y los invitados, vistiendo sus mejores ropas, tomaban asiento en las mesas que habían sido puestas para esa ocasión especial.
El ambiente era tenso. Sobre todo entre Daemon, Rhaenyra, Alicent y Otto. Ellos cuatro solo se lanzaban miradas incómodas; sin tener muchas ganas de cruzar palabras.
Gwayne estaba cerca de la mesa principal, esperando a su prometida. Vestía un traje de terciopelo azul oscuro, color el cual resaltaba su cabello pelirrojo.
Todos ahí estaban expectantes.
¿La princesa llegaría o escaparía en su dragón?
Gwayne se sentía nervioso, había deseado que ese día llegara desde que tenía dieciséis días del nombre, y nunca imagino que realmente fuera a pasar.
Pero ahí estaba, esperando por la princesa Daella Targaryen.
Entonces los músicos comenzaron a tocar una suave melodía, al mismo tiempo que las puerta de la sala se abrían, revelando a la princesa.
Daella estaba usando un vestido blanco con bordados de dragones en hilo de plata, también estaba usando una corona plateada con detalles en color rojo; simulando el fuego de un dragón.
Los ojos de ambos se encontraron, logrando que todas las personas a su alrededor desaparecieran. La platinada estaba nerviosa, pues los días anteriores se la había pasado huyendo del Hightower, negándose a ser cortejada por él.
Tal vez por la enemistad que sus hermanas tenían, tal vez porque se había dado cuenta de que él la ponía nerviosa.
Rompiendo el momento, Daella apartó la mirada, encontrándose con su hermana y tío, los cuales no parecían muy felices de estar ahí.
Aún así, Rhaenyra le sonrió, tratando de animarla un poco. Su hermana mayor ya se imaginaba lo nerviosa que estaba.
Soltando un tembloroso suspiro, Daella camino hasta llegar a Gwayne, el cual de inmediato le ofreció su mano con una sonrisa.
—Se ve hermosa, mi princesa —él la halagó en un susurro, al mismo tiempo que ambos caminaban hasta la mesa principal.
—Puedes decirme Daella —finalmente concedió su permiso, también susurrando—. Después de todo estoy a punto de convertirme en tu esposa.
Gwayne sonrió—. Esta bien, Daella, solo si tú me llamas por mi nombre —él le pidió, ayudándola a tomar asiento.
Cuando ambos estuvieron sentados, la celebración dio inicio.
Daella observaba cómo todos los invitados de otras casas cenaban, disfrutando de la velada, por lo que ella decidió esforzarse para hacer lo mismo.
—Estuviste huyendo de mi —Gwayne le dijo mientras cenaban, lanzándole una rápida mirada.
