𝐖𝐆 ! I never dreamed that 𝐈'𝐝 𝐥𝐨𝐯𝐞 somebody like you and I never dreamed that 𝐈'𝐝 𝐥𝐨𝐬𝐞 somebody like 𝐲𝐨𝐮.
La princesa Daella Targaryen quería
a su hermana Rhaenyra más que a nadie,
...
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LA PRIMERA NOCHE COMO MATRIMONIO HABÍA SIDO INCÓMODA PARA AMBOS. YA que se esperaba que consumaran el matrimonio, lo cual claramente no pasó. Daella no estaba interesada en eso y Gwayne no se atrevió a preguntar o decir algo.
Cada uno había dormido en un lado de la cama en la habitación de Daella, tratando de mantener distancia en sus cuerpos, sin desear tocarse. Ambos boca arriba, viendo el techo hasta que cayeron dormidos, ignorándose el uno al otro.
Y es que Gwayne había deseado hablarle, haberle dicho algo que al menos no hiciera su primera noche juntos tan incómoda, pero no pudo hacerlo, prefirió darle su espacio a Daella.
A la mañana siguiente, la primera en despertar fue ella, girando su rostro para confirmar que su esposo seguía dormido. Soltando un suspiro tembloroso, se levantó de la cama en silencio, tratando de no despertarlo.
Sabía que si Gwayne se despertaba, todo sería mucho más incómodo.
Sus ojos pasearon por toda la alcoba, viéndola por última vez, ya que luego de desayunar en "familia", ella y Gwayne partirían a Oldtown.
En carruajes.
Daella quería ir en Vermithor, pero sabía que le sería negado, así que prefirió ahorrarse su enojo y simplemente hacer caso.
Aún en silencio tomó asiento en una de las sillas que había en su habitación, dejando que sus ojos se posaran en Gwayne.
El pelirrojo respiraba con tranquilidad, sin enterarse de lo que sucedía a su alrededor, se veía tan... bien dormido.
Y Daella no pudo evitar sonrojarse, por lo que terminó por apartar la mirada.
Justo en ese momento la puerta de su habitación fue abierta; permitiendo que el ruido de afuera resonara por toda la alcoba. Su doncella, Ophelia, se sonrojó al ver a Gwayne en la cama.
—Lo lamento, mi princesa —se disculpo la pelinegra, bajando la cabeza con vergüenza.
Daella le hizo una seña con la mano para que se acercara a ella, por lo que Ophelia le hizo caso, cerrando la puerta de inmediato.
Gwayne comenzó a removerse en la cama, despertando.
—No te preocupes, Ophelia —Daella le sonrió ladina, negando con la cabeza, sin darle importancia.
—Me tome el atrevimiento de entrar sin tocar por lo que usted me había dicho antes... olvidé que ahora está casada y que es su último día en el castillo. —con algo de tristeza y prisa, Ophelia le explico.
