𝐖𝐆 ! I never dreamed that 𝐈'𝐝 𝐥𝐨𝐯𝐞 somebody like you and I never dreamed that 𝐈'𝐝 𝐥𝐨𝐬𝐞 somebody like 𝐲𝐨𝐮.
La princesa Daella Targaryen quería
a su hermana Rhaenyra más que a nadie,
...
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DAELLA AMABA A SU PADRE, NO IMPORTABA LO QUE PASARA, ELLA siempre lo amaría. Era por eso mismo que se había puesto tan mal cuando un cuervo llegó a Oldtown, notificando que la salud de su padre había empeorado.
Viserys y Daella tenían una difícil relación, pues cuando la platinada era todavía una niña, había descubierto la razón de la muerte de su madre.
Lo que la provocó.
Por un tiempo fue incapaz de ver a su padre, sentía decepción y asco, al verlo recordaba que gracias a él había perdido la oportunidad de crecer junto a Aemma, su madre.
Sin embargo, cuando los años fueron pasando, simplemente lo aceptó. Viserys y Rhaenyra eran todo lo que le quedaba, tal vez podía incluir a Helaena, pero no era lo mismo.
Así que de manera silenciosa perdono a su padre, aunque Viserys siempre pudo ver en sus ojos azules la tristeza con la que lo miraba, la cual Daella se esforzaba por esconder.
Habían pasado tres lunas desde que se casó con Gwayne, ahora estaba segura de que lo quería e, incluso, le agradecía a su padre por haberla comprometido con el hijo de Otto.
Pero ahora con el Rey más enfermo que nunca, Daella sentía que debía estar con él; tenía la necesidad de decirle que lo quería y que desde hacía muchos años atrás lo había perdonado.
Tenía que decirle todo lo que antes no le había dicho, ahora era capaz de verlo al rostro —viendo todavía a su madre en él— y decirle que lo quería, que a pesar de todo había sido un buen padre.
Al menos para ella y Rhaenyra.
Soltando un suspiro, bajo de la montadura de Vermithor de un salto, acercándose a su dragón para dejarle un beso en sus escamas de color bronce.
Sonrió sin poder evitarlo.
Siempre que se sentía mal, Vermithor lograba alegrarla aunque fuese un poco.
Con delicadeza, y aún utilizando sus guantes, acarició a su dragón.
—Mi fiel compañero. —le dijo en un susurro, para luego darle otro beso y alejarse de él.
Entonces sus ojos se encontraron con la figura de Gwayne, el cual le sonreía levemente, él estaba preocupado por la tristeza que veía en su esposa.
—Amor —la saludo él, acercándose a ella para tomar su mano, dejando un suave beso en sus nudillos—. ¿Qué tal tu viaje con Vermithor?
