𝓥𝓲𝓸𝓵𝓪𝓬𝓮𝓾𝓶~ ☆♫︎ | OC x Spiderverse

𝑵𝒊𝒌𝒐𝒍𝒂 𝑫𝒆𝒂𝒏 ᥫ᭡

La luz de la mañana iluminaba su rostro haciéndolo despertar.
Tras ahuyentar su sueño restante se levantó para tomar una breve ducha y arreglarse.
Aunque realmente no había mucho que hacer.

—Sí, Jarvis no te preocupes todo salió perfecto; De hecho quiero que vayas preparando el diseño de la portada del álbum. Okey, bien.

Hablaba el ocupado Nikola recorriendo la habitación, hasta que el "toc toc" de la puerta principal le interrumpió.

“Que raro. ¿Mav esperará a alguien? No, si no estaría acá”.

Pensó el Rubió mientras iba a abrir la puerta, pero su expresión cambio en un segundo al ver de quien se trataba.

—Tú. —Dijo muy serio al ver del que se trataba era el mismísimo Miguel O'Hara—, ¿Qué haces aqu-

Pero el aliento se le escapó de los pulmones al ver que aquel hombre cargaba en sus manos esos lentes; Los lentes de Mav.

—¡¿DONDE CARAJO ESTÁ MI HERM-?! —Aunque rápidamente se corrigió, dando un portazo a la puerta mientras se acercaba a Miguel, Obligándole a retroceder— ¡¿DONDE MIERDA ESTÁ MAVEENS, MIGUEL?!

La expresión del rubio se veía aterrada, furiosa y preocupada.

—Está... Está secuestrada. La Mancha lo hizo.

Miguel soltó muy serio.

—¡TE JURO QUE SI NO LA ENCUENTRAS VOY A DESHOLLAR TU PIEL CON MIS PROPIAS MANOS!

—¡Nikola, calma! Estamos buscandola.

Nikola tomó un gran respiro mientras llevaba sus dedos hacia su tabique.

—Necesito estar al pendiente de eso. Tengo que ir.

—¿Qué?... Bien. Me matarás si no lo hago de todas maneras.

Aunque los dos sabían que eso no era posible.
Miguel abrió un portal y entró.
Más Nikola se quedó ahí, un tanto indeciso; Él de verdad quería conocer el multiverso... Pero nunca pensó que lo haría de esta manera. Y eso lo aterraba mucho.

Finalmente, el de ojos color verde cruzó el Portal.
Una vez del otro lado, aquel Rubió experimentó una especie de náuseas mientras sus sentidos se abrumaban al ver cómo hasta el aire era completamente diferente.

—Carajo... —Susurró un tanto mareado mientras se acomodaba los lentes—.

—Sí, me pasó cuando viajé por primera vez. Pero no te preocupes, uno se acostumbra.

El Moreno le tranquilizó mientras el ojiverde recuperaba la compostura.

—Ahora dejame explicarte que pasó.

—No es necesario. Lo sé todo... Miguel, la trataste horrible.

—Lo sé...

Ambos se miraron unos segundos. Nikola entonces emprendió rumbo hacia la plataforma, subiendo con un pequeño salto.

—¿Sabes? Antes de... Todo esto, hablé con ella... Y... Se oía bastante mal.