CAPITULO 31

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La policía tiene a Alex de espaldas en la pared con esposas alrededor de sus muñecas.

Yo estoy tapada con una manta mientras una mujer trata de calmarme y trata de preguntarme todo lo ocurrido. Se llevan a Sofia a emergencias y diez agentes están en el departamento.

Si pudiera reanudar mi vida primero comenzaría en el primer día de universidad en el que nos cambiaron de profesor. No me abría fijado en él ni me habría insinuado. No debí follar con él, no debí ir a su casa ni conocer a Tony (me gusta muchísimo pero si pudiera escoger, desearía no haberlo conocido), no debí insinuarme a Alex...

Ahora mismo estaría durmiendo en mi casa, con los ruidos de mi madre mientras se prepara para ir trabajar mientras estoy rodeada de mis paredes rosas...

— Chloe... Sé que estás en un estado de shock, ¿pero podrías contestarme a la pregunta anterior? — pregunta la mujer que espera mi reacción con impaciencia.

— Lo siento — susurro — No recuerdo la pregunta. —

Pestañeó un par de veces para volver al mundo real y poder hablar con tranquilidad.

Estuve sentada en el sofá de Sofia hasta que el sol comienza a salir, dejando un color precioso en el cielo.

— ¿Podrías decirnos algún teléfono de algún familiar? — pregunta otra mujer.

Pienso durante unos segundos, hasta caer en que ahora mismo no tengo a nadie, renuncie a mi familia, Tony no quiere saber nada de mi y Sofia está inconsciente. Se me cristalizan los ojos y respondo:

— No tengo a nadie. —

La mujer me mira confundida e intenta insistir.

— ¿Pareja? ¿Hermanos? ¿Primos o tíos? —

Niego con la cabeza y me recoloco el saco de hielo en la parte trasera de la cabeza.

— Podría decirnos su dirección. — dice dejando lista su libreta y bolígrafo.

— Vivía con mi novio, pero esta noche me fui de casa, y me vine aquí, y ahora no me quiere ver. —

Ni siquiera sé porque doy tanta información.

Ahora mismo doy mucha pena, ni siquiera tengo donde vivir.

Desde que conocí a mi profesor, la vida no me hace mas que dar puñetazos por todos lados.

Rato después me dan ropa de segunda mano y yo me conformo, la mia está cubierta de semen, y saliva. Me han preguntado si podían llevarse mi ropa y llevarla a un museo donde había ropa de personas violadas.

Yo me quedé pasmada, ¿como pueden preguntarme algo así, en el estado que estoy? Les dije que sí.

— ¿Puedo irme ya? — pregunto.

— ¿A donde? — pregunta un hombre.

Pensaba ir a casa de Tony.

— Iré a por mi ropa en casa de... mi ex... — esas palabras suenan fatal y hacen sentir mal.

— La llevamos. — dijo el hombre — Maria, ¿podría acompañarla? —

Me llevan a casa de Tony, mi medio novio.
Bajo del coche policial y le agradezco a la señora. Respiro hondo y me descoloca que haya otro coche aparcado al lado de el de Tony.

Lo ignoro y entro dentro de la casa. Hay silencio.
Subo las escaleras para ir a nuestra habitación. Se siente raro, aunque yo subía estas escaleras a la normalidad hace unas ocho horas.

Mi profesor, su amigo y YO [ACABADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora