Mi profesor, su amigo y YO [ACABADA]

CAPITULO 32

Comenzamos a platicar y a hablar sobre trivialidades.

— ¿Que te trae por aquí? — pregunta de golpe — Una chica joven y sola, nunca tiene tanto dinero si no a hecho algo sucio a cambio... —

Es lista, y observadora.

— Todo este dinero era de mi ex... Se lo robé hace unas horas. — confieso — No sé lo digas a nadie. — digo de inmediato.

Ella se ríe a carcajadas.

— ¿Y a ti que te trae por aquí? — pregunto mientras cojo dos copas de champán de la bandeja de una azafata.

— También es un secreto pero... ¿conoces a Gabriel Lamont? — pregunta.

Gabriel Lamont es un empresario multimillonario, vende grandes mansiones y tiene una bodega de vinos.

Asiento.

— No me preguntes cómo pero por cada foto que le envío de mi escote o pies me envía veinte mil dólares. Gracias a él soy millonaria. — dice antes de beber un trago de champán — Pero no se lo digas a nadie. — dice mas seria.

Me rio a carcajadas y brindamos.

— ¿Y que dices cuando te preguntan de donde viene tu dinero? —

— Digo que nada es posible, si no te lo propones. — dice con voz apasionada.

Volvemos a reírnos un rato más.

— Por cierto... ¿Donde te alojarás en Ibiza? — pregunta.

No lo había pensado aún...

— No tengo ni idea —

— ¿Te gustaría... — comienza a decir.

___________________________________

Bajamos del avión y unos hombres que trabajan en nuestra la compañía de Emirates nos llevan las maletas detrás de Estella y yo.

Veo de lejos pasar a Louis el piloto con cinco azafatas pisándole los talones.
Son unas babosas.

— Está cañón, ¿verdad? — dice Estella a mi lado.

Niego con la cabeza.

Veo que se aproxima hacia aquí. Y me está mirando.
¿A mi? ¿Porque? Que miré a Estella, que es muy guapa.

— ¿Catherine, podrías ayudarme porfavor? — pregunta delante mío.

— Ehm... Claro. ¿Que necesitas? — pregunto.

Me besa la mejilla y me rodea los hombros con su gigante brazo.

— ¿Que tal a ido el vuelo, cariño? — dice justo cuando las azafatas se paran delante nuestro.

— Espectacular — digo confundida — bizcochito... —
¿Bizcochito? ¡¿Que coño acabo de decir?!

Cierro los ojos por un momento para asimilar el ridículo que acabo de hacer.

— ¿Vosotras trabajáis con mi Louis? — pregunto pegándome más a él.

Ellas abren los ojos pasmadas y asienten. Una de ellas apreta la mandíbula y dice:

— No sabíamos que Louis tenía otro lío... —

Arrugo las cejas ante esa frase. Finjo indignación.
Ni siquiera estoy con él pero... ¿Está de que va?

— Se un poco más profesional y acepta nuestra relación, nos casamos. — digo con ilusión.

Louis asiente y baja su mano a mi cintura. Una muestra de cariño demasiado íntima como para habernos conocido hace horas.