CAPITULO 29

1.5K 25 2
                                    


Después de parir, la pareja vino a ver al bebé.
Les pedí a los médicos y doctores que no dejaran la maquina en esta habitación.

No tengo el valor para verlo

Tiene que estar unos días aquí.
La pareja vino a verme y me dieron un ramo de flores.

Sofía vino a verme también, me trajo una caja de chocolate, mi salvación.

Tony estuvo conmigo en todo momento.

Pero al ser cesárea tengo una mega cicatriz en la barriga, aparte de que aun la tengo un poco inchada.

Ya llevo dos días en este hospital.

- Tony... - digo en tono de suplica.

- Una hamburguesa, ¿verdad? - dice.

- Me conoces taaan bien... -

Sale de la habitación y me dice que no tardará en volver.

Vuelve con una bolsa del McDonald's en la mano.

Puedo olerlo desde aquí...

Me da la bolsa y la abro con entusiasmo.
Una hamburguesa con mucho queso, nuggets picantes de pollo con salsa de barbacoa, patatas fritas con queso cheddar y beicon y un Mcflurry de oreo con mucho caramelo encima.

- Cuanto te quiero. - dije comiendo patatas.

Lo único que e comido a sido crema de verduras, sopa de verduras y más verdura.

_____________________________________________________________

El día siguiente me dieron el alta. Y la pareja nos invitaron a la celebración de tener a su... Hijo.
Lo hemos rechazado.

Pero yo les pedí si me podían dar un papel con la pisada de su piececito.
Me lo voy a tatuar.

El día después me dieron el papelito. Era adorable.

Ahora mismo estoy sentada en una camilla apunto de tatuarme el pie de mi bebé.

- Quiero que me tatues esto, y debajo de la huella pon: "00:00, 1 de enero", con unas letras bien chulas. - digo dándole el dibujo.

Asiente el tatuador. Y cojo fuerte de la mano a Tony, que esta a mi lado.

- ¿Despues podrías tatuarme a mí también? - pregunta.

Le miro con los ojos, estoy sorprendida.

- ¿Enserio? - pregunto.

Asiente seguro.

- ¿Donde te lo harás? - me pregunta el tatuador.

- En un costado de mi costilla, por favor. - pido.

Prepara la tinta. Y comienza a tatuarme.

Después de unos treinta minutos, termina.
Y es el turno de Tony.

Y parece que él no aguanta el dolor.

Volvemos a casa con nuestros tatuajes nuevos, y vemos la tele. Estamos acurrucados viendo una serie.

- Siempre me estoy preguntando: ¿que estarà haciendo ahora? - susurro.

- Seguro durmiendo, o comiendo. - responde - Pero a mí sí que me gustaría comerte ahora mismo. - dice besando mi cuello.

- Tony... -

Él me acorrala entre él y el sofá.
Me besa mientras acaricia mis pechos.

Mete las manos dentro de mi camiseta.

- Tony... - digo intentando apartarlo.

Me ignora y continua besándome.

- Tony... Para... - digo en sus labios.

Se separa de mí confundido.

- ¿Que pasa? - pregunta.

- No me siento cómoda conmigo misma ahora... - digo.

- ¿Por? - pregunta poniendome un mechón de pelo detrás de la oreja.

- ¿Es que no me ves? Doy asco, estoy gorda y... - no me deja terminar ya que junta sus labios con los míos.

- No das asco... - dice.

Vuelve a besarme.

- Ni tampoco estas gorda, tal vez diferente... - dice sonriendo en mis labios.

- Idiota... - susurro - Voy a bañarme. -

Me aparto de él y me voy al lavabo.

Me meto a la ducha y dejo caer las lágrimas.

En mis pechos aun hay leche,
Leche que podría ser para mi bebé...
Pero no es mio...

Termino de ducharme y me voy a dormir, triste. Con Tony a mi lado dándome ánimos. Se le ve frustrado, lleva días sin tener sexo y se nota.

Nos dormimos, pero no pude hacerlo mucho. A las cuatro de la madrugada daba vueltas por la gigantesca habitación que compartimos.

Sin pensarlo me puse los leggins, una camiseta de tirantes y me fui corriendo de la casa. Corriendo las mismas calles una y otra vez, sin quedarme sin aliento repetidas veces. El vientre me quema pero me da igual.

Mi teléfono sonaba una vez por minuto, lo ignoraba.
Intento correr más rápido pero cada vez es más difícil... Veo borroso cada que pasan segundos, y paro.

Caigo rendida en el suelo y me recuesto en un árbol.

- ¡¿Que haces aquí?! -

Le miro con el corazón latiéndome a mil por hora.

- No quería preocuparte... - susurro.

- ¡¿Te vas en mitad de la madrugada y esperas que no me preocupe?! - grita con la voz agitada.

- No te pongas así... No se que me pasa. -

Se ríe sarcásticamente y comienza a caminar tocándose el pelo.

- ¡Me siento muy mal conmigo misma y te pones... así...! - digo señalándolo.

- Cuando estes mejor vuelve a casa. - dice dirigiéndose en dirección contraria.

Gilipollas...

Mi profesor, su amigo y YO [ACABADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora