𝜗𝜚 alerta.

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CONTENIDO SENSIBLE.

                   

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Jungwon gimió con fuerza sobre la mesa de vidrio, sintió su espalda curvada cuando algo salió de él para volver a entrar y suspiró fuerte para ahogar su voz, no quería despertar al bebé.

Una nariz aspiró sobre su cabello, su mejilla derecha y luego levantó su barbilla para besarle, mientras sintió sus piernas como mantequilla derretida por cada embestida que recibía.

Trató de concentrarse en la sensación, en aquel placer de ser usado por quien quería, pero sintió una presión extraña en el pecho mientras trataba que Heeseung no arrancara su camisa y descubriera su mordida en el cuello.

—Déjala salir, no hay nadie aquí.

El alfa apretó sus dedos en los muslos blancos y suaves antes de gemir bajo junto a su oído. Jungwon dejó salir una voz tímida, jamás se acostumbraría a gemir alto, no lo merecía, por ello sólo se aferró a la mesa, sintiéndose calmado, porque después de todo, Heeseung era un hombre libre y él no amaba a Sunghoon.

Suspiró aliviado cuando el alfa salió de él y le acarició el cabello.

—Vamos a la cama —le dijo, pero se negó.

Se marchó al baño con vergüenza, no quería estar desnudo frente a él. Veinte minutos más tarde volvió, el médico estaba sentado en la sala, con los pantalones puestos y viendo el teléfono, Jungwon se acurrucó a su lado.

El Alfa buscó besarle pero se negó.

—Oh, entiendo. Vómito, es normal en el embarazo —le consoló acariciando su cabello.

—Perdón —se disculpó, mintiendo, pues aquellas náuseas no eran por el bebé si no por la marca en su cuello que comenzaba a picar.

Jungwon la odió, pero la soportaba porque el médico realmente le gustaba.

—No te disculpes, al contrario, gracias por estar conmigo —le besó la frente—, realmente me siento bien contigo —le susurró haciéndole mimos.

—A mi también me gusta mucho estar aquí, Lee —sonrió deseando que el bebé dentro suyo fuese de él.

Heeseung miró su estómago dándose cuenta de la realidad, un bebé iba a nacer y él aún no sabía qué hacer, agradecía que su novia fuese tan metódica y poco entrometida, que ella no llegara por sorpresa los días que ambos estudiaban y trabajaban, porque de otra forma habría sido un desastre que los encontrara a ambos cogiendo sobre la mesa, y que también Jungwon se enterara que no era un hombre libre.

Se pregunto sobre la expresión que el omega pondría.

"Es sólo un polvo.”

Las palabras de Jay resonaron en su mente, y se negó a creerlo acariciando las mejillas del chico, menor que él, con ojos inocentes y aroma suave, tan hermoso, no quería soltarlo.

𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐋𝐋𝐎𝐑𝐀𝐍 𝐋𝐀𝐒 𝐀𝐕𝐄𝐒 𔓕 heesungwon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora