──𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐋𝐋𝐎𝐑𝐀𝐍 𝐋𝐀𝐒 𝐀𝐕𝐄𝐒:
Jungwon es un omega que
vende su cuerpo por dinero y
trata de sobrevivir por su bebé,
una noche desafortunada es
mordido en el cuello por un Alfa
desconocido, desesperado,
...
“Sólo puedo ver el reflejo de un fantasma que se marchó.”
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—Buenas tardes, señor Park, necesito hablar con usted.
No estaba en la sala, ni en el comedor, mucho menos en la habitación, el recuerdo doloroso de alguien que no dejó nada atrás se volvió lacerante para el alma ilusionada que comenzó a vivir. Sunghoon sintió tanto dolor que ni siquiera pudo llorar.
El joven desapareció, no estaban sus cosas, solo la pequeña muñeca que una vez le dio, y con eso se dio cuenta que había sido infinitamente descuidado al no hacerle saber a Jungwon que le cuidara.
¿Por qué se fue?
Quizás ese otro Alfa le brindó la seguridad que él no pudo darle, una familia que no podía ofrecerle, algo más valioso que un montón de palabras sin sentido, un verdadero hogar.
Era fácil llegar a dicha conclusión, Jungwon amaba a aquel Alfa, lo vio en sus ojos cubiertos de lágrimas que suplía con sonrisas fingidas, en ese aroma en su ropa, en la camisa que escondió y que el Alfa encontró porque nadie engaña a la nariz de un Alfa pura sangre.
Entonces ya no podía hacer nada para ayudar. Miró a Sunoo que con desconcierto tomó y rodeó su cuerpo y le abrazó.
—Él no está más, se fue con un hombre.
Mintió con descaro, con el alma en las manos porque perder a su esposo era doloroso, porque no podía darle lo que Jungwon cargaba en el vientre; era injusto. Lo sentía por ese omega, pero Sunghoon era suyo, sólo suyo.
El alfa miró a su pareja, el semblante triste lo decía todo, había descubierto su amorío con el omega y eso le rompió de un modo que sus palabras fueron suplidas por una mirada que pidió perdón arrepentido.
Ahora amaba a otro hombre, un hombre que tomó todo de él y se lo llevó para encontrar su felicidad.
—No te preocupes, amor. Te perdonaré, siempre que no me dejes.
Le dijo acariciando su rostro y en medio del dolor hicieron el amor, para cubrir sus heridas, mentiras, para ser el matrimonio que siempre habían sido.
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