8 Parte 1

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Parte 1

—No puedo hacerlo si no te estás quieta.

—¡Ya no aguanto, esto duele!

—Falta poco. Aprieta las piernas.

—Auch, ¿Cuánto es poco?

—Afloja las caderas para que no te duela.

—Ya no quiero, mejor seguimos entrenando otro día.

—Ni hablar esto lo terminamos hoy Emma.

—¡Siento que moriré!

—Sigue quejándote y sucederá.

—¡Ay no!, hasta aquí llego.

Me levanté rápidamente del suelo, sintiendo que mis piernas estaban a punto de colapsar. La mañana había sido un martirio con Logan, quien parecía disfrutar viéndome luchar contra el agotamiento. Cada ejercicio que proponía solo servía para desgastarme más, y el mareo que me envolvía no hacía más que confirmar que estaba al límite. Pero sabía que rendirme no era una opción. La frustración ardía en mí, y aunque cada fibra de mi ser deseaba dejarlo todo, un destello de determinación me impulsaba a seguir adelante.

—Todavía faltan veinte repeticiones de abdominales.

—Logan, tengo que ir a clases.

—Eso a mí no me importa, terminas hoy los ejercicios o si no te castigo.

—¿Castigo? Si con verte todas las mañanas es el peor castigo que puedo tener.

—Me halaga saberlo, ahora continúa.

—Y si lo dejamos para otro día ¿Y hacemos algo divertido?

Grave error haber dicho eso, Logan me volteó a ver con una mirada perversa y una sonrisa divertida.

—Hablo de ir cada quien por su lado a comer. —Hable antes que él dijera algo.

—Tengo otras ideas para divertirnos, aprovechando que estamos solos...

—Ni siquiera lo pienses.

Logan Soltó una carcajada que hizo eco en todo el lugar, cuando terminó su cara estaba roja.

—Pasame la toalla que está ahí.

Logan comenzó a quitarse la camisa, dejando al descubierto su abdomen firme y marcado. Se pasaba la toalla por el cuerpo, secando el sudor, y no podía evitar fijarme en la línea definida que recorría su torso. Su piel parecía suave, y sus grandes manos se deslizaban por su abdomen con una confianza que me hacía dudar. Aquel instante, en medio del entrenamiento.

—Logan, hasta que te encuentro.

La voz que escuchamos me trajo a la realidad y quité mi mirada del abdomen de Logan, Elioth había entrado con unas cartas en mano.

—¿Qué quieres? — Logan suspiró con cansancio.

—Veo que alguien está de mal humor, dice mi padre que deberías de prepárarte para está noche.

—Ya me encargué de eso.

—Tú igual Emma, prepárate para está noche.

—¿Qué hay está noche? — Pregunté confundida.

—¿No se lo dijiste, Logan? —Expresó Elioth poniendo sus manos en la cintura.

—No tuve tiempo.

—Tú nunca tienes tiempo de nada de lo que te dicen. Emma hoy es la celebración a todos los que van a participar en la competencia y tú tienes que ir, ahora que eres parte del equipo.

Al final del mar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora