Secretos familiares
Lo único que recuerdo es el agua ahogando cada parte de mi cuerpo, mis pulmones llenándose de agua salada y un golpe en la cabeza que me hizo pensar en cada momento en que pude haber abrazado más fuerte a mis padres.
Creí que ahí se terminaba todo; cada instante se sentía eterno, el tiempo se deslizaba lentamente. Luego, sentí unas manos sacándome del mar y un aliento que me ayudaba a respirar. Fue en ese momento que desperté, dejándome atrás aquel terrible instante, pero con el eco de la desesperación aún resonando en mi mente.
—¿Dónde estoy?
Estaba acostada en un sillón que alrededor había una chimenea encendía y unos libreros con muchos libros, ropa en perchas y una mesa con un maletín de primeros auxilios.
—Hasta que despiertas.
Ethan estaba sentado en uno de los sillones que estaban alfrente mío, estaba sin camisa dando a relucir sus abdominales y su torso marcado y firme, traía un pantalón negro que hacía juego con su cabello negro mojado y una mirada seria, Ethan era alto y gallardo que con mirarte podía dejar miles de emociones en ti.
—Ethan...
—Casi te ahogas, tuve que sacarte a ti y tu tabla de surf, la próxima vez asegurate el leash en el tobillo. — dijo ethan poniéndose de pie y caminando hasta apagar el fuego de la chimenea.
—Yo... no estaba surfeando.
—Como haya sido, la próxima vez que quieras suicidarte hazlo lejos de mi casa.
—¿Casa? Pero tú...
Estaba consternada y la cabeza me daba vueltas, me miré en un espejo que estaba en la sala y tenía un morado en la frente y una ropa de hombre, una camisa negra holgada y un pantalón gris.
Pero que...
Ethan debió notar mi cara de shock cuando me mire de pies a cabeza en el espejo viendo si traía mi ropa interior, por suerte estaba todo en orden.
—Tu ropa la deje afuera secándose, esa ropa que traes es mía.
—Espera.. ¿Tú me cambiaste de ropa?
—Si, no miré nada, estabas mojada y tenía que cambiarte.
——¿Por qué lo hiciste?
—¿Qué, vestirte? —respondió Ethan, su tono cortante.
—No, ayudarme.
—¿Por qué me haces esa pregunta?
—Porque eres un Lamberg y...
—Solo porque soy un Lamberg crees que soy inhumano por dejar a alguien ahogarse.
—No lo sé, es por lo que ustedes demuestran.
—Entiendo.
—¿Qué? ¿No tienes nada más que decir? —pregunté, intentando romper el hielo.
—¿Qué quieres que diga? ¿Que soy un héroe por sacar a alguien del agua?
—No se trata de eso. Simplemente... no encajas en lo que imaginaba de tu familia.
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Al final del mar
AcakEl prestigioso Instituto Dublen revela una realidad mucho más oscura de lo que Emma Harvey imaginaba. Lo que parecía un refugio de excelencia académica pronto se transforma en un laberinto de secretos y traiciones. Emma, en su búsqueda de la verdad...