26. Cinco minutos

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Fue como si el tiempo de pronto se congelara.
 


 
 
 
Cuando los brazos de Juan lo sujetaron así tan de repente, Gian pudo sentir como se le paralizaba el corazón… y luego volvió a latir pero a un ritmo tan salvaje que casi no podía respirar.
 
 
—No te vayas todavía… quédate aunque sean cinco minutos — rogó Juan en voz baja, sin soltarlo.
 

 

“Cinco minutos…”

 

 

 
Pero Gian sabía lo que ocurriría si volteaba: no serían  cinco minutos.
 

Se lanzaría a los brazos de Juan por horas, incluso hasta el amanecer, cuando ya ambos estuvieran embriagados el uno  del otro.
 


 

 
Por un momento Gian se estremeció, la verdad es que no quería irse. Extrañará tanto a Juan… porque últimamente, incluso separarse   algunas horas de él se siente… doloroso.
 
 

Gian sabía que quería voltear y quedarse, pero…

 

 

 

 ¿Esto es lo correcto? ¿Está bien sentir todo esto por otro hombre?

 

 

 


 
Una tormenta se emociones se desató en Gian y a pesar de lo confundido que estaba, esta vez escuchó a su corazón…
 
 

Y volteó.
 


 
 
 
Se fusionaron en un abrazo tan tierno, pero lleno de emociones. Se abrazaron fuerte, como si no quisieran separarse ya nunca más.
 
 
 

Desde ese momento, ya nada importó, solo ellos dos.

 
 


 
Después de unos segundos, sus labios se buscaron, sus manos se entrelazaron. Y cada duda, se dispersó...
 
 
 

Porque por fin entendieron que todo lo que sienten es mutuo, que se quieren y se necesitan.

 
 


 
Un beso cayó sobre el otro, las caricias poco a poco se volvieron apasionadas. Ni siquiera notaron en qué momento o como volvieron a la habitación de Juan.
 
 

La abuelita de Juan ya se había ido a dormir…. Nadie los veía.
 
 
 
 

—Sai…— murmuró Gian sobre los labios de Juan después que cayeran a la cama, totalmente enredados.
 

 
—     Odio cuando no estás… duele, aquí…— respondió Juan en voz baja, señalando un punto entre su garganta y el centro de su pecho.
 

 
Una especie de calidez invadió el pecho de Gian, sintió tanta ternura por Juan, de lo sincero que estaba siendo.
 
 
¿ duele mucho?— preguntó Gian, en voz baja, tocando el lugar indicado por Juan, como si intentara consolarle.
 
 
 
 
Esa noche cada palabra fue dicha con ternura, cada beso y cada caricia fue dado con felicidad y dulzura.
 
 
No fue mucho lo que durmieron, pero al amanecer, despertaron de un modo distinto al de siempre:
Ellos se dormían  dándose la espalda, pero hoy, durmieron abrazados, sus piernas cruzadas mientras estaban acurrucados.
 
 
 

○○○○○○○

Después de esta noche, ya nada será igual…

○○○○○○○
 


 
 





 
Comentarios y saludos:
 
 
•Muchas gracias por leer mi historia, hermosas personitas llenas de paciencia 💕.
 
 
Estaba muy nerviosa de no poder escribir bien la confesión de Juan y Gian!! Espero haberlo logrado ><.
 
 
• A partir de aquí, se acerca el final de este fan fic. Nunca esperé llegar tan lejos xD.
 
•La próxima semana hay capítulo doble: uno para Feng Xing y otro para Mu Qing.
 
Si quieren opinar o algo, háganlo con confianza :)

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