Los mellizos Han, Jisung y Hyunjin, son chicos nacientes de Busan, de una madre soltera y con el estricto trabajo de belleza y modelaje. Sin tener una niña en su familia, la señora Han decide que es buena idea criar a sus hijos de la forma más femen...
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Hyunjin suspiro de forma fuerte tras la voz del rubio detrás de su espalda, intentando mantener su pulso intacto con el pincel para sus cejas siendo una tarea no difícil, casi imposible. —Felix, ya todos se fueron¿Por qué sigues aquí molestandome? —refuto tras mirar desde el espejo de su maquillaje al rubio detrás de él. Sentado con sus piernas cruzadas mientras miraba con detenimiento al castaño que acomodaba su look fuera del sudor y la masculinidad.
Hyunjin odiaba sudar tanto.
—No todos se fueron, sigues aquí. Dios santo ¿Cuánto tardas en maquillarte? Llevas como 10 minutos con tus cejas. —Suspiro con fuerza al escuchar al rubio, intentando mantener su expresión relajada. —Ya se que te saco de quicio, eres aún más adorable cuando haces malas caras, no sabía que podrías ser tan malhumorado —murmuro después de reír. —Si, si que gracioso eres Félix —susurro frunciendo un poco su ceño.
—Lo es, mira —una falsa risa se escapó de los labios del rubio, haciendo que el pequeño mohin de los labios del castaño salieran.
Termino de maquillar sus parpados dejando ver al rubio con el lindo chico que había entrado a la universidad, con ojos grandes y brillosos—. Bueno, yo me voy, hasta luego Félix —Hyunjin salió de los vestidores con su mochila de color pastel, con esperanza de liberarse de Lee. Pero, Félix tenía otros planes y esos eran seguirlo—. Félix, ¿Que deseas de mi?
El rubio sonrió siguiendo el paso del menor hasta acariciar su brazo, asegurando que los músculos del lindo castaño eran tan fuertes cómo hace horas—. Lo único que deseo es que seas de mi propiedad —esas simples palabras lo hicieron sonrojar de forma fuerte, sintiendo como el rubio se aferraba a él dedicándole malas miradas a cada persona que los viera.
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