Los mellizos Han, Jisung y Hyunjin, son chicos nacientes de Busan, de una madre soltera y con el estricto trabajo de belleza y modelaje. Sin tener una niña en su familia, la señora Han decide que es buena idea criar a sus hijos de la forma más femen...
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—Buen día...—murmuro Jisung al bajar, eran las 5 am y apenas podría dormir por toda la adrenalina. Hyunjin, que se encontraba desayunando mientras que su hermano apenas podría mantenerse en pie. —¡Jisung! ¿Por qué despertaste tan tarde? ¡Ve a vestirte! —le reclamo desde la cocina. Su mellizo se acercó a la cocina y miro a su hermano con un pequeño puchero.
—No te enojes conmigo, por favor... Prometo no volverlo a hacer —murmuro sentándose en una de las sillas de la isla de la cocina—. Jisung, en una semana debemos de pesarnos para saber si subimos de pesos ¿Si esa comida te hace subir de peso y mamá te vuelve a hacer a tomar agua por una semana con doble de ejercicio? No podré defenderte si eso pasa... Necesitas de cuidarte solo por un chico.
La voz de Hyunjin sonaba algo ronca y con su ceño levemente fruncido, a pesar de tener un suave maquillaje sobre su rostro, con brillos en ellos y con su diadema de ranita en su cabellera húmeda.
—No quiero que mamá te vuelva a hacer perder peso a obligación. Evitemos eso por favor —respiro profundo y se calmo, regalandole una suave sonrisa a su hermano.
Jisung lo pensó un poco y asintió, tenía razón. Y no tenía derecho de enojarse.
Ambos chicos tenían horarios apretados, después de la universidad ambos iban a deportes y también a un gimnasio duranres las arduas 2 horas sin detenerse. Cenaban a las 8 y a las 10 dormían.
Era una rutina que no podrían interrumpir, si no querían ser castigados de alguna manera.
—Sube a acomodarte, Jeongin vendrá más tarde e igual que Seungmin —Han, cabizbajo asintió.
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