Los mellizos Han, Jisung y Hyunjin, son chicos nacientes de Busan, de una madre soltera y con el estricto trabajo de belleza y modelaje. Sin tener una niña en su familia, la señora Han decide que es buena idea criar a sus hijos de la forma más femen...
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Hyunjin y Félix estaban tranquilos mirando la tv y parecía no haber nada más que pequeños besos que él más alto iniciaba cada vez que podía.
Pero, hoy había algo más en la mente de Félix. No sabía si eran esos músculos que se escondían tras la feminidad de Hyunjin o era esa manera tan profunda que lo miraba.
Se estaba volviendo loco.
Intencionalmente se puso boca abajo mirando la tv y estirando todo su cuerpo sobre la cama. Traviesamente llevo una de las manos de han a sus glúteos y sonrió al no ser apartado y al contrario, recibía suaves caricias en ella.
—Eres muy bonito, Félix ¿Te lo he dicho? —hyunjin murmuró dando palmadas en los muslos de Lee. —Siempre me lo dices —retuvo el aire cuando sintió un peso sobre su espalda, sin aplastarlo, sintió el tibio aliento de han tan cerca de él y como sus manos acomodaban su cuerpo hasta poder levantarlo un poco y poder llevar una almohada al abdomen del más pequeño.
—H-hyun...¿Que haces? —su idea era ser él quien dominara, pero ahora sentía sus mejillas arder a cada beso dado sobre su piel al punto dónde terminó por alzar su cintura hasta quedar lo más cercano a la pelvis de Hyunjin.
—Esto era lo que querías hacer desde que me conociste ¿No es así? —susurró mientras bajaba lentamente la ropa de Félix que se dejó de forma temblorosa con su erección casi lista para atender y con los vello de su piel erizado por los toques.
Su rostro fue llevado a un punto dónde Hyunjin podría besarlo, está vez con más deseo y fuerza, escuchando los jadeos de Félix por las sensaciones en su cuerpo.
Las manos de han Hyunjin eran grandes, su cuerpo comenzaba a sentir el toque más ardiente donde suplicó por ser atendido.
Los labios del alto rubio delineaba su clavícula y llenó de mordidas y marcas mientras sus manos comenzaban a masturbar la erección de Félix para poder buscar su aprobación para llevar su propia erección al aro de carne que no deseaba lubricar.
—Si... Esto era lo que quería —Felix murmuró tras un suspiro cuando su erección era toqueteada y rozada de forma hábil.
Hyunjin sonrió, y con cuidado saco su erección que palpitaba solo con la morbosa imagen de los glúteos de Félix dispuesto a dejarlo entrar.
Félix, de forma temblorosa succionó dos de sus dedos y alzando su cintura dejo que su dígito más largo entrara en él. Dándole una vista maravillosa al más alto. Sintió como abría ambas gordas mejillas traseras para mirar con deseo como aquel dedo entraba y salía gracias a la saliva de su propio dueño, escuchando el muy ligero chapoteo de ella.
El rubio soltó un quejido cuando Hyunjin evito que continuará con su propia dilatación.
Era impresionante como esa pequeña entrada palpitaba con tanto deseo, podría mirar como está se cerraba y abría literalmente y como se habia puesto de un tono rosa debido a los movimientos de Félix.
—¿Así que esto era lo que querías? —cuando se sintió totalmente listo, masturbo un poco su propia erección y antes que Félix contestara con algo coherente solo pudo gemir con una fuerza audaz sintiendo su interior expandirse por tal tamaño y grosor.
Félix vio estrellas de mil colores cuando Hyunjin comenzó a entrar en él.
—Querias que te metiera mi verga desde el día que me sente con ustedes —susurró dando la primera embestida, acomodándose arriba de Félix quien gimió por la fuerza dada sin aviso previo—... Ese día no había llevado un short y solo tenía un boxer y fuiste el único que miraba mi entrepierna con descaro... Ya me tienes aquí ¿Por qué no dices algo ahora que me tienes cogiendo tu bonito culo?
Era impresionante como el adorable Han Hyunjin podría ser tan vulgar, le encendía el hecho que podría ser tan sucio mientras embestía su interior con fuerza y rapidez.
Los sonidos de sus pieles chocar, los gemidos complacidos de Félix y los ásperos jadeos y gemidos de Hyunjin que los callaban mordiendo su pálida piel hasta hacerlo quejar por el fuerte dolor.
—Espera Hyunjin ¡Es muy fuerte! —felix dejo caer su cuerpo a la cama en su totalidad soltando fuertes gemidos lloriqueando por el dolor y la sensación de placer en su entrada.
¿Por qué carajo una bola de ternura era tan animal?
—¿Que pasa, lindura? ¿Ninguno de tus novios eran tan fuertes como lo estoy haciendo? —El más alto jalo el rubio cabello de Félix para que pudiera contestar. Pero este con sus ojos cristalinos y con su baba escurriendo de su comisura debido a que no podría cerrar su boca porque sus gemidos solo podrían escucharse.
—Ahora que te tengo como perra tendrás que guardar nuestro secretito ¿Lo harás? —murmuró Hyunjin dando una tortuosa embestida que provocó que el sonido de Félix se volviera aún más agudo.
—Despues de esto, no vas a pensar en otros chicos, mi lindo Lixie... Después de este juego tú y yo estaremos atados —Sin darse cuenta ya felix se había corrido contra la sábanas rosas de Hyunjin.
El morboso beso provocó que su cercanía se volviera más notoria y felix podría apretar los duros brazos de Hyunjin en busca de poder sentir su calidez en cada movimiento.
Las embestidas se volvió más desesperadas y en un principio de segundos sintió su interior ser llenado hasta un punto imaginable, provocando que sus ojos se voltearon y sus piernas temblaran por el delicioso orgasmo que Hyunjin tuvo sin descaro alguno en su interior.
—Esto apenas, lindura. Jisung no vendrás a casa hasta la noche y mi madre no está —susurró y Félix se dejó mover como un muñeco hasta quedar boca arriba y sus labios fueran apresados por un desesperado y brusco beso.
Después de ese día, Félix jamás iba a ver a Hyunjin de otra manera.
“¿Por qué los afeminados cogen taaan rico?”
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Tengan en cuenta que lo advertí. Cuidense 💗 y perdonen la mala narración.
