Los mellizos Han, Jisung y Hyunjin, son chicos nacientes de Busan, de una madre soltera y con el estricto trabajo de belleza y modelaje. Sin tener una niña en su familia, la señora Han decide que es buena idea criar a sus hijos de la forma más femen...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hyunjin bostezo. Sus ojos pesados y su cabeza doliendo por el inmenso ruido que había afuera de la habitación.
Cuando logro mirar bien y acostumbrarse a la luz, miro la habitación pequeña, con un pequeño espejo a su lado y con la ventana abierta en par en par. El sol daba en su rostro y la sábana le daba calor.
Estaba desnudo en una recamara pequeña y bastante diferente a la suya, sin aire acondicionado y solo con un ventilador de techo que parecía no dar mucho aire.
Miro a su costado y el cuerpo desnudo de Félix estaba cómodamente recostado y boca abajo, durmiendo de lo más placentero.
Y luego lo recordó.
Había llevado a Félix a su hogar y este lo invito a pasar, vieron una película y terminaron teniendo intimidad en esa pequeña habitación.
El cuerpo de Félix tenía varias mordidas, marcas de su diente y un oar de chupetones en su espalda.
Pero, estaba tan acostumbrado a despertar en silencio que el ruido del pasillo lo estaba haciendo doler su cabeza.
¿Cuántas personas vivían aquí?
—Cariño... —murmuró mientras acomodaba su cuerpo al lado del cuerpo del lindo rubio a su lado. Escuchó un pequeño sonido de afirmación ya que este parecía querer seguir durmiendo. Pero Hyunjin no le parecía buena idea.
—Despierta, cariño. Despierta —susurró dando pequeños besos en las mejillas del contrario, decorando cada peca de amor. —¿Que horas es? —escucho es áspero susurro de Félix mientras apenas movía sus piernas. —No lo sé, Pero debemos de levantarnos —Hyunjin lo jalo a él para que despertara por completo, provocando que soltara una pequeña risa a tal acto.
—Espera espera...—Y todo ese momento había sido interrumpido.
Había entrado un hombre alto a la habitación, de cuerpo esbelto y de rostro lleno de marcas pequeñas de cicatrices. Casi tiro la puerta cuando escucho una voz desconocida en la habitación de su "hermanito"
—¿Que demonios quieres, San? —Felix se separó de Hyunjin que parecía avergonzado a ver uno de los hermanos de quién creía que era su novio, entrando sin permiso alguno y de forma imponente, estando en momento íntimo. —Mamá me dijo que estabas con un ricachón en tu habitación y solo venía a confirmar —el chico mostró una sonrisa egocéntrica—. No estaría mal prestarlo a tus cuñados, se ve intacto.
