Había pasado un mes desde su ruptura.
Las cosas habían empezado diferente, como un reseteo en sus vidas.
Jimin dejó de trabajar para Only Fans, cerró oficialmente su perfil de Twitter y borró todos los contactos que lo buscaban con referencia.
Pero no borro el contacto de Jungkook, tampoco el apodo que tenía, ni todos los corazones a un lado de su nombre.
Porque aunque él lo había terminado también esperaba una llamada o un mensaje.
No pasó durante esas semanas.
Y no fue porque Jungkook era demasiado orgulloso para hacerlo, sino porque él también estaba sufriendo.
También el tatuado había abandonado su trabajo en la plataforma, y se hizo gerente de una de las empresas de su padre.
Pero los días ahora eran aburridos.
Sin esa acción de día a día, sin sexo y sin Jimin.
No lo llamo, aunque estuvo al borde de hacerlo muchas veces, porque lo extrañaba y extrañaba besarlo y extrañaba tenerlo en sus brazos.
Todo eso desvanecía porque siempre recordaba que le pidió que no volviera a buscarlo. Era obvio que Jimin no quería saber de él.
El rubio se tiró en su cama y enseguida su gata fue a su lado.
Había pasado unas semanas sin trabajar, manteniéndose con sus ahorros y saliendo solo por comida.
Y supo muchas cosas de él mismo mientras estaba solo, algo que nunca había hecho.
Supo que tenía talento para maquillarse, para vestirse, para cocinar y dibujar.
Y tenía un poco de paz en esas cuatro paredes con su gatita.
Pocas veces revisaba el teléfono, porque ahora que había renunciado a su trabajo no había ningún mensaje o notificación.
— ¿Que hacemos? — Jimin susurró.
Se sentía como Rapunzel después de hacer todos sus deberes, asomándose a la ventana con ganas de salir.
El clima se veía hermoso para salir.
También siempre recordaba a Jungkook.
Y aunque le tuviese resentimiento por gritarle y insinuarle unas cuantas groserías.
Lo extrañaba.
Y lo extrañaba más que solo sexo.
Quería verlo y quería besarlo, abrazarlo y pedirle que volvieran a empezar de nuevo, como desconocidos, otra vez.
Aunque si eran desconocidos. Porque cambiaron mucho al separarse ese tiempo.
— Al carajo, no puedo estar aquí. — Jimin se levantó de la cama. No le importó que no hubiese tomado una ducha hace dos días o que tuviera las mismas pijamas de todo el mes.
Tomó un bolso, una chamarra que llegaba a sus rodillas y salió de su departamento.
Había pasado un tiempo.
Sonrió debajo del cubrebocas y se dirigió a el ascensor.
Por suerte nadie más entró junto a él.
Sabía que haría, iría a comprar unas cosas para llenar su refrigerador, un tinte de cabello (pues sus raíces se oscurecían), iría por helado y por veinte frascos de kimchi preparado. Y por premios para su gatita.
Cuando salió del edificio sonrió y se mojó de lluvia.
Solo esperaba que nadie pudiera verlo. O no encontrarse con nadie.
Desde su ruptura la familia Jeon no supo más de ese lindo chico rubio. Jungkook estuvo trabajando todos los días de la semana y llegaba a las diez de la noche a dormir. Una y otra vez.
Ese día fue diferente.
Jungkook llegó temprano a casa, desanimado y serio como siempre.
Se había quedado unos días con su madre porque estar en su mansión le traía malos recuerdos, o buenos pero que le hacían mucho daño.
— Hola mamá — el tatuado besó su mejilla y iba subir a su habitación, cuando la mujer lo detuvo
— Jungkookie ¿puedes hacerme un favor?
Jeon se detuvo en las escaleras y la miró.
— No tengo opción ¿cierto?
La señora le sonrió y negó con su cabeza.
— Ve a el supermercado y compra esto — la mujer le dio una lista de compras, Jungkook la leyó rápido
— Sabes hacer Kimchi.
— Si, lo sé hacer pero tardaría demasiado y tú papá tendrá hambre cuando llegue de su trabajo.
— Como sea, iré por mi saco y salgo
— ¡Gracias, Jungkookie!
.
Jimin echó al carrito de compras los premios para su gatita y siguió empujándolo.
Se detuvo en los tintes de cabello y los vio desanimado. Amaba su cabello rubio, desde siempre lo tuvo teñido así, pero quería probar algo nuevo por una vez.
Tomó un café claro.
— Debes estar loco, Park Jimin. ¿Qué tal si se te ve estúpido? — susurró para él — Como sea, puedo teñirlo otra vez
Y arrojó la cajita a el auto.
En su lista solo faltaba el kimchi y el helado.
Quedaba más cerca el kimchi.
Giró a un pasillo y ahí estaban, veinte frascos de kimchi.
Algunos dirían que era muy ambicioso de su parte pero se sentía mal, estaría más semanas en su madriguera hasta que se acabara el dinero e iría a buscar un empleo.
Pero hasta ese entonces...
— Dame eso — Jimin susurró sacando un frasco de la caja, sonrió como un niño feliz y lo puso en su carrito, después otro frasco y otro más, hasta acabarse la caja, sin llegar a los veinte — Deberían poner más.
— ¿Disculpa? ¿los llevarás todos?
Escuchó a sus espaldas, Jimin quiso que lo tragara la tierra
¿Qué dirían de él? seguro pensarían que robaría
Se dio la vuelta dispuesto a regresarlos todos si era ilegal comprar tantos productos
Pero no pudo siquiera moverse.
Jungkook estaba frente a él. Y al parecer aunque tuviera el cubrebocas él lo reconoció.
¿Quién no reconocería sus preciosos ojos?
— J-Jungkook...
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𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐅𝐀𝐍𝐒ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿ
Romanceúnica obra original, por mi autoría. Jimin es un creador de contenido explícito en el sitio OnlyFans, se encuentra en el punto más alto de su popularidad. Mientras que entre sus views se encuentra un admirador suyo que lo observa a través de su pant...