Capítulo n°7: ¡Mi hermano cree que eres mi novia!

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El par de técnico y arma estaba intranquilo. No sabían si Kid los había visto o no; esperaban que solo estuviera supervisando los pasillos. Se fueron juntos en la moto a casa. Por primera vez, Maka abrazó la cintura de Soul; siempre le tomaba por los hombros, pero esta vez se sintió en confianza para refugiarse en su espalda.

Ese contacto puso nervioso a Soul. No quiso demostrarlo por orgullo, pero le agradaba tenerla cerca.

Al detenerse frente al departamento, el arma se puso rígido y su rostro palideció, como si viera un fantasma.

—Soul, ¿sucede algo? —preguntó Maka, preocupada.

—...Es mi hermano —respondió Soul en un susurro.

Maka observó que frente a su puerta había una versión más adulta de Soul: un hombre a mitad de sus veinte, apuesto, alto y con un semblante más sereno y dulce, diferente al de su compañero.

Maka reunió el valor que le faltaba a Soul para enfrentar a su hermano. Tomó su mano y lo arrastró hacia la entrada, a pesar de sus protestas.

—¡Oye, Maka! ¡¿Qué haces?! —dijo molesto, pero no podía soltarse, la fuerza de su técnica era mayor.

—Es grosero dejar un invitado afuera —soltó su mano quedando un paso atrás, frente al violinista, y se presentó—. Buenos días, soy Maka, técnico de guadaña y compañera de Soul. Bienvenido. ¿Usted es familiar de Soul? —dijo haciendo una leve reverencia.

-Es un placer Maka, mi nombre es Wes Evans, efectivamente, soy el hermano mayor de Soul, lamento venir sin avisar, ni ser invitado-

—¿Qué quieres, Wes? No creo que hayas venido voluntariamente. Apuesto a que la abuela te obligó a venir para ver si sigo vivo —Soul miraba a Wes con desconfianza. En cambio, Wes sonreía con una mezcla de nostalgia y ternura al ver a su hermano menor.

—Eres muy perspicaz —respondió su Hermano Mayor con calma.

—Estoy bien, ya me viste. Ya te puedes ir —respondió el Arma, molesto.

—¡Soul! Qué grosero, es tu hermano —le reprendió su Técnico.

—No le tomes importancia a lo que dice, él siempre ha sido así —intervino Wes, dirigiéndose a Maka.

—Yo no soy un sínico, a diferencia de ti —replicó Soul con sarcasmo.

—Podría decir lo mismo —contestó Wes, manteniendo su compostura.

—Oigan, ¡basta! Los dos adentro. Serviré té, entren —dijo Maka, intentando mediar en la situación.

—Oye, Maka, no te metas —protestó.

—No es necesario que se moleste, señorita. Yo me retiro —dijo Wes cortésmente.

—Qué lástima, Wes. Si te vas, te perderás la oportunidad de contarme historias vergonzosas de Soul —comentó Maka con picardía.

—Eso nunca —respondió Wes con una sonrisa traviesa.

—¡¿Qué?! —Soul estaba perplejo.

—Adelante, toma asiento. ¿Té negro o verde? —ofreció Maka amablemente.

—¿Qué haces? No le sirvas nada. No es bienvenido —protestó el Arma.

—Té negro, por favor —respondió Wes, ignorando a su hermano.

—Aparte de Soul, ¿tiene más hermanos menores? —preguntó Maka con curiosidad.

—No, el castigo solo se da una vez —bromeó Wes.

—Podría decir lo mismo —replicó Soul.

—Estas son algunas galletas caseras que hice. Espero que sean de tu agrado —dijo, ofreciendo un plato.

Un beso y una canción de Jazz. (SoulxMaka) (COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora