Cuando acabé con Locochon y Michu, pensé que ya nada nos impediría estar juntos. Estaba muy equivocado...
Natalan decidió que pronto estaría con Soaring, pues ya nada se lo impedía. Toda la noche escribió una carta expresando todo su amor, todo lo que le gustaba de Soaring y lo que había pasado para estar con él. Puso la carta en un sobre y se fue a dormir. Cuando se levantó, estaba muy emocionado. Caminó contento hacia la preparatoria. Al entrar, dejó sus cosas en el salón de clases, sacó la carta de su mochila y, entusiasmado, corrió hacia donde estaba Soaring. Cuando lo encontró, se decepcionó.
Soaring estaba con un alumno que ni siquiera conocía. Soaring hablaba con él, se veía tan feliz, tan contento...
Natalan, decepcionado, se escondió detrás de una de las puertas y se fue corriendo. Fue al baño de la preparatoria, donde comenzó a llorar frente al espejo. Enojado, rompió la carta. Vio la carta rota y cayó de rodillas al suelo haciendo que su llanto se intensificara. Un estudiante lo escuchó y se acercó.
-Oye... ¿Estás bien?
Natalan no dijo nada y lo apartó bruscamente.
El estudiante, sin saber qué hacer, se quedó unos segundos en silencio. Finalmente, decidió hablar de nuevo.
-No quiero molestarte, pero si necesitas hablar, estoy aquí.
Natalan, aun entre sollozos, giró la mirada hacia el estudiante, que lo veía con preocupación y parecía realmente querer ayudar. Cuidadosamente, Natalan se levantó, se secó las lágrimas y volvió a su cara seria. Intentando ser sensible, le preguntó su nombre.
-Me llamo Lucasta. ¿Y tú?
-Natalan...
-Bonito nombre. Ahora que estás más calmado, ¿me podrías decir qué pasó?
Natalan estaba abrumado, pero no lo mostraba. Sin querer, habló de más con el chico, desahogándose por completo, pues si se asustaba fácilmente se podría deshacer de él. Pero, en cambio, cuando Lucasta escuchó sus atrocidades, no se asustó; sonrió.
-Sabía que eras tú.
-¿Eh? ¿A qué te refieres?
-Sabía que tú eras el que acabó con Locochon.
Natalan se quedó en silencio, sorprendido por la reacción de Lucasta. Había esperado rechazo, miedo o incluso odio, pero en su lugar lo aceptaron.
-¿No te asusta saber lo que hice? -preguntó Natalan con cautela.
Lucasta se rió.
-Aun habiendo cometido un delito, hay personas que hacen cosas peores. La cuestión es que incluso podría ayudarte con tu pequeño "hobby".
Natalan estaba sorprendido; aún con lo que le dijo, desconfiaba de él, pues fácilmente podría ir a reportarlo.
-¿Y cómo podría confiar en ti?
-Pues fácilmente ya me hubiera ido corriendo a comentar lo que me dijiste.
Natalan lo pensó por un momento y se dio cuenta de que tenía razón. Natalan le dio su confianza a Lucasta, quien le quiso comentar una última cosa.
-Puedes contar conmigo, pero eso sí, tendrías que darme algo a cambio.
Natalan frunció el ceño.
-¿Qué es lo que quieres a cambio?
Lucasta lo miró fijamente y sonrió.
-Quiero que me ayudes con algo, o más bien con alguien.
Natalan lo miro confundido, no entendía a lo que se refería.
-¿Alguien?
Lucasta asintió lentamente.
-Sí. Hay una persona que ha estado complicando mi vida de formas que ni te imaginas. Necesito que me ayudes a... deshacerme de esa complicación. No necesariamente de la misma manera en que te deshiciste de Locochon, pero de una forma que me permita vivir en paz.
Natalan se quedó en silencio, considerando la propuesta. Sabía que era algo peligroso, podría ser algo que lo perjudicara a él también. Lo pensó por un poco de tiempo, pero finalmente accedió, pues no le haría mal que alguien lo ayudara.
-Está bien. Te ayudaré, pero aún así debes saber que todo esto puede ser difícil.
Lucasta sonrió, satisfecho con la respuesta.
-Hecho. No te arrepentirás, Natalan.
Ambos estrecharon las manos, sellando el trato. Cuando sonó el timbre, se dieron cuenta de que era algo incómodo haber hecho todo esto en el baño.
Se levantaron del piso y se limpiaron la ropa. Luego, se dirigieron a sus salones como si nada de esto hubiera pasado.
Durante el resto del día, Natalan no podía dejar de pensar en lo que había acordado con Lucasta. Había algo en la mirada de ese chico que lo inquietaba, pero también lo intrigaba. Mientras se sentaba en su clase, apenas prestando atención a la lección, su mente vagaba hacia los posibles planes y estrategias que tendrían que idear.
Al final de las clases, Lucasta lo esperaba fuera del edificio. Sin mediar palabras, ambos sabían que era hora de comenzar a planificar.
-Vamos a un lugar donde podamos hablar con más tranquilidad -sugirió Lucasta.
Natalan asintió y lo siguió hasta un pequeño café no muy lejos de la escuela. Se sentaron en una mesa apartada, y Lucasta comenzó a explicarle más sobre la persona que estaba causando tantos problemas.
-Se llama Aquino, desde hace mucho ha estado molestandome para que haga las cosas por el, es muy molesto.
-¿Aquino? Creo que lo conozco, si es algo molesto, pero siendo el tengo ya una pequeña opción pero primero debo saber si los rumores son ciertos, si lo son también me quitaría un peso de encima.
Lucasta lo miro fijamente, Natalan le conto cuidadosamente su plan, pero eso dependía de un pequeño detalle.
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Bueno, creo que la siguiente semana no subiré nada, pues entro en temporada de exámenes. Pero pronto haré capítulos interdiariamente, o sea, lunes, miércoles y jueves.
Porque entro en vacaciones :P
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Loco por ti
FanfictionNatalann una persona terriblemente tóxica, enamorado de un estudiante de la secundaria. Haría todo... para estar con el...