Loco por ti

Desde Las Sombras

Una carta destacaba entre las demás en la taquilla de uno de los estudiantes de la preparatoria; Soaring, el afortunado de recibirla. La hermosa carta, de color azul con un corazón amarillo pegado en el centro, la hacía resaltar inmediatamente.

Soaring caminaba lentamente hacia la puerta de la preparatoria, desanimado. La rutina lo agotaba; necesitaba algo diferente en su vida. Con un suspiro, recogio sus libros de la taquilla, en silencio, hasta que el destello de la carta captó su atención.

"Para: Soaring
De parte de: ??"

Extrañado por el misterio de la carta, la tomó con cuidado, temeroso de rasgarla. Al abrirla lentamente, notó el esmero con el que había sido escrita. La caligrafía era impecable, pero las palabras... las palabras lo inquietaron.

"Siempre te he mirado desde lejos, esperando el momento perfecto para que te des cuenta de lo especial que eres para mí. No puedo seguir ocultando estos sentimientos que me consumen día y noche. Quiero que sepas que, desde el primer momento en que te vi, supe que estábamos destinados a estar juntos. Nadie más puede entender lo que siento por ti, ni siquiera tú... aún. Pero pronto lo harás. Y cuando lo hagas, todo será perfecto para nosotros. Solo tú y yo. Para siempre."

Soaring sintió un escalofrío recorrer su espalda. Las palabras parecían demasiado intensas, casi inquietantes. ¿Quién podría haber escrito algo así? Miró a su alrededor, intentando ver si alguien lo observaba, pero todo parecía normal. Los estudiantes seguían caminando por los pasillos, hablando y riendo como cualquier otro día. Sin embargo, una sensación de incomodidad comenzó a crecer en su pecho.

Guardó la carta en su bolsillo, pensando en tirarla más tarde, pero algo en su interior le impidió hacerlo en ese momento. ¿Debía estar preocupado? ¿O simplemente alguien había hecho una broma de mal gusto? No lo sabía, pero esa carta no iba a salir de su mente tan fácilmente.

Al salir de la preparatoria, el aire frío del invierno le golpeó el rostro, despejando ligeramente sus pensamientos. Sin embargo, la inquietud persistía. ¿Quién había dejado esa carta? Y, más importante aún, ¿qué quería realmente de él?

La delgada bufanda que llevaba no lo protegía del intenso viento que le golpeaba el rostro. Pero, a pesar del frío, su cuerpo temblaba de una manera extraña, sintiendo un calor inexplicable. El miedo seguía recorriéndolo de pies a cabeza, y una pregunta resonaba constantemente en su mente: "¿Por qué a mí?" Esa duda lo atormentaba, como una sombra que no podía sacudirse. El temor a lo que podía suceder, a lo desconocido detrás de esa carta, lo tenía en vilo.

Caminaba con paso apresurado hacia su casa, intentando dejar atrás esos pensamientos, pero la sensación de ser observado no lo abandonaba. Cada vez que giraba la cabeza, no había nadie, pero ese presentimiento lo perseguía, como si una presencia invisible lo siguiera de cerca.

Al llegar a su casa, cerró la puerta rápidamente y se apoyó contra ella, respirando profundamente. El silencio de su hogar le daba una falsa sensación de seguridad. Sacó la carta del bolsillo y la miró nuevamente, incapaz de deshacerse de la inquietud que lo consumía.

Se dirigió a su habitación y dejó la carta sobre su escritorio, pero incluso allí, en la tranquilidad de su cuarto, no podía apartar la sensación de peligro. Se tumbó en la cama, mirando el techo, pero las palabras de la carta seguían resonando en su mente.

"Solo tú y yo. Para siempre."

Esas palabras lo perturbaban profundamente. ¿Qué clase de amor obsesivo era ese? Soaring cerró los ojos, deseando que el día terminara de una vez, pero en lo más profundo de su ser, sabía que aquello no había llegado a su fin. Aunque intentaba ignorar esa sensación, el eco de la carta se quedaba grabado en su mente, como una sombra que lo acechaba. Sabía, sin la menor duda, que esa carta era solo el comienzo. Sentía un nudo en el estómago, sabia con certeza de que algo más se avecinaba, algo que no podía controlar. Y esa incertidumbre lo asfixiaba.