Plan En Marcha

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Después de esa conversación, Natalan no pudo dormir; estaba inquieto por saber si su plan funcionaría.

Al día siguiente, Lucasta se levantó, alistó sus cosas y se dirigió al colegio. Esperaba a Natalan en la puerta, pero no aparecía. Cada vez se hacía más tarde y los estudiantes dejaron de llegar; solo faltaba Natalan.

Lucasta, ya harto de esperar, se dirigió a su salón y encontró a Natalan sentado en su banca.

—¿Dónde estabas, Lucasta?

—Pensé que no habías llegado.

—Llegué de los primeros porque no dormí. Bueno, ese no es el punto. Descubrí algo sobre Aquino.

*Minutos antes*

Natalan, apenas llegó, dejó sus cosas en el salón y se dirigió a buscar a Soaring. Cuando lo encontró, estaba otra vez con ese estudiante. Natalan empezó a morderse las uñas de la rabia; quería acercarse y terminar con toda su inquietud de una vez. Pero a lo lejos vio a Aquino.

Al parecer, Aquino también se veía molesto, pues también estaba observando a alguien. Al ver esto, Natalan se alejó y decidió averiguar quién era el que pasaba tanto tiempo con Soaring.

Lucasta se mostró intrigado por la mención de Aquino.

—¿Qué descubriste? —preguntó, inclinándose hacia Natalan para escuchar mejor.

Natalan tomó aire antes de responder.

—Aquino estaba observando a Soaring y al estudiante con el que siempre está. Parecía molesto, igual que yo. Creo que él también tiene algún interés en Soaring, o tal vez en ese estudiante. Necesitamos averiguar más sobre él.

Lucasta se intrigó por lo que dijo.

—Entonces, si averiguamos ese pequeño detalle, podríamos utilizarlo a nuestro favor.

Natalan asintió.

—Sí, pero tenemos que ser cuidadosos. No podemos levantar sospechas. Observemos discretamente y tratemos de obtener información sobre su relación con Soaring y ese otro estudiante.

Lucasta estaba de acuerdo con el plan, pero lo primero que harían sería averiguar quién era el que estaba con Soaring.

Lucasta revisaba archivos mientras Natalan vigilaba que nadie viniera.

—¡Encontré algo!

—Shhh, nos podrían descubrir. ¿Qué encontraste?

—Mira esto. Al parecer es uno de los mejores estudiantes del colegio. Está unido al club de karate. Puede ser difícil deshacerse de él como lo hiciste con Locochon.

—Cállate, pero sí, tienes razón. Deberíamos planear algo más. ¿Pero eso qué tendría que ver con Aquino?

—No sé... Pueden haber varias razones por las que lo esté observando.

Mientras pensaban sobre posibles conclusiones, se escucharon pasos a lo lejos. Rápidamente ordenaron todo y se fueron corriendo a otro lugar, pues era hora de clase y no estaban en sus respectivas aulas.

Fácilmente pudieron escabullirse e irse al aula de ciencias. No había nadie adentro; era hora de clases.

—Casi nos vamos a la mierda —dijo Lucasta, agitado por haber corrido.

—Sí... Bueno, ¿trajiste el documento de Duxo?

—Sí, también traje el de Aquino, solo por si acaso —dijo Lucasta con una sonrisa nerviosa.

Natalan tomó los documentos y comenzó a revisarlos.

—Bien, debemos ser cautelosos, no podemos confrontar a nadie mientras no tengamos ideas de qué hacer.

Lucasta asintió y agarró el documento de Duxo.

—Parece que el documento de Duxo está limpio, no hay nada que nos sirva por el momento.

—El de Aquino está algo manchado. Le gusta dar peleas, molestar y meterse en problemas.

—Está complicado encontrar algo. Aquino no se va a sentir amenazado si le decimos esto —dijo Natalan algo decepcionado.

—Tranquilo, se nos ocurrirá algo, pero por ahora vámonos, siento que alguien nos vigila.

Los dos se fueron de la sala y se dirigieron hacia diferentes lados para poder hablar y pensar con claridad. Lo raro era que, para ellos, a cada parte que iban sentían una mirada tras ellos.

Mientras tanto, alguien los vigilaba, observando cada pequeño movimiento. Era alguien que al parecer veía a todos en la escuela, alguien que sabía la información de cada estudiante. Ahora tenía su mirada clavada en ellos dos.

*En el recreo*

Lucasta siguió a Natalan hasta donde se encontrarían a Soaring. En el momento que llegaron, Natalan no pudo apartar la vista de Soaring, mientras que Lucasta empezó a buscar alrededor alguna prueba o información.

En un momento, volvió a ver a Aquino. Jaló de la mano a Natalan y fueron tras él. Al parecer, Aquino estaba observando a Duxo. Al ver esto, pensaron en varias cosas. Queriendo sacar más pruebas, se dieron cuenta de que todos los días, sin falta, Aquino iba a ver a Duxo.

Una vez, cuando Duxo le habló, Aquino tartamudeó y sus mejillas claramente se pusieron rojas, aunque al llevar una mascarilla no era tan notable.

Habían descubierto algo muy importante que los ayudaría a deshacerse de dos problemas al mismo tiempo; solo era cuestión de que todo saliera bien.

*Esa misma tarde, en el parque cercano a la escuela...*

Natalan y Lucasta se sentaron en un banco, alejados de los demás estudiantes que disfrutaban de su tiempo libre. lucasta se notaba emocionado, pero Natalan mantenía la calma, trazando mentalmente su próximo movimiento.

—Esto es perfecto —dijo Lucasta finalmente—. Podemos usar la atracción de Aquino hacia Duxo para manipularlo.

—¿Pero cómo? —preguntó Natalan, aún inseguro.

—Es sencillo. Si Aquino sabe que conocemos su secreto, podemos chantajearlo para que haga lo que queremos.

Natalan asintió, viendo el sentido en el plan de Lucasta. Aún así el tenía otro plan en mente.

—La verdad me gustaría deshacerme de un pequeño problema junto al que tienes con Aquino.

—Que tienes en mente?

—...

*Al día siguiente, durante el almuerzo...*

Natalan y Lucasta se acercaron a Aquino, quien estaba solo en una mesa, aparentemente perdido en sus pensamientos. Lucasta tomó la delantera.

—Hola, Aquino —saludó, su tono era amenazador—. ¿Podemos hablar un momento?

Aquino levantó la vista, sorprendido. Asintió lentamente, claramente desconfiado.

—¿Que es lo que quieres?— Dijo Aquino con un tono algo agresivo.

Lucasta se inclinó hacia él, su voz apenas se escucho.

—Sabemos sobre tu pequeño secreto. Sabemos lo que sientes por Duxo.

Aquino se volvió pálido, inmediatamente se puso algo rojo y empezó a tartamudear.

—N-Nose de lo que hablas

—Oh, claro que sí sabes —intervino Natalan

—Pero tranquilo, no pensamos usar ese secretito en tu contra, mas bien, queremos ayudarte a que te puedas acercar a Duxo.

Aquino apretó los puños, pero aún así no quería arriesgarse a que todos sepan su secreto, así que decidió cooperar con ellos.

—Y que planean hacer?

—Es facil...

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Awebo, ahora es cuando me desaparezco otra semana más :P

Natalan ya agarro confianza xD

Loco por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora