Aburrida

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Al día siguiente, el sonido de la llamada del móvil de Noa la despertó, y Hermes no tardó un segundo en levantarse cuando escuchó a su prometida moverse. "¿Quién llama a estas horas?" "Ni idea¿Qué hora es?" Hermes miró su reloj. Era de agujas y de plata, lo que quería decir que era claramente un reloj robado de algún rico despistado. "Son las ocho de la mañana de un sábado". Noa cogió el móvil. Era la reina de los dioses. "¿Qué pasó, Hera?"



Hera estaba muy pero que muy aburrida. Ayer se había ido a la cama muy pronto, y se despertó nada más y nada menos que a las seis de la mañana. Se puso un vestido de color azul celeste, unos tacones blancos, como si fuese a salir de fiesta, y se tiró en el sofá. Cogió el teléfono y se dedicó a llamar y molestar a todos los dioses en busca de algo interesante. Casi todos le mandaban a paseo, hasta que por fin encontró algo. A Artemisa no le gustaba ser molestada, por eso Hera no se esperaba mucho de ella. Pero se sorprendió mucho cuando la diosa de la caza le contó que había visto a Hermes y a Noa con un anillo de compromiso. Hera tembló de emoción y rápidamente marcó el número de Noa.

"Sí. Ha ocurrido algo muy importante y necesito que vengáis a mí casa ahora mismo." Dijo Hera disimulando la voz más seria que pido. Por eso no llamó a Hermes. Porque él era el dios de la mentira y de los engaños, no se iba a creer que tenía una urgencia. "Está bien. Vamos ahora mismo." Contestó Noa preocupada. Hera sonrió. Se había salido con la suya.

Noa llegó a casa de Hera vestida rápidamente, pero se había puesto unos guantes. Hera siempre decía que en su casa, nadie tocaba nada sin guantes. Noa no le iba a llevar la contraria. Sin embargo, Hermes iba con un chándal y las manos en los bolsillos. No parecía precisamente preocupado. "¿No tienes miedo de que a Hera le haya pasado algo malo?" Hermes resopló. " Si le hubiese pasado algo malo se hubiera escuchado por todo el Olimpo." Noa no le hizo caso y entró en casa de los reyes.

 Hera los esperaba con un té preparado encima de la mesa. Hermes hizo una mueca"Todo momento urgente necesita su taza de té." Dijo con tono irónico. Hera lo ignoró. "Tenemos un asunto importante del que hablar. Noa estaba nerviosa. "¿He hecho algo mal?" "Primero siéntate y quítate los guantes."

Noa se sentó y se quitó los guantes. Hera la miraba fijamente. Y cuando vió el anillo en la mano de Noa hizo un grito de victoria y casi se cae la taza de té. 


"Por fin. Ahora sí;¿A quién invito a la boda?"

Corazones rojos como el pepperoni (Hermes x tú)(Pgp2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora