Narrador omnisciente
Al amanecer, Charlie Morningstar, la princesa del Infierno, se encontraba en el cielo, acompañada de su fiel amiga Vaggie. Ambas caminaban por el pasillo resplandeciente hacia la sala de audiencias, donde se llevaría a cabo la reunión con el Consejo de Serafines. El lugar era impresionante, lleno de columnas de luz y una atmósfera tranquila que contrastaba con el caos del Infierno. A su llegada, fueron recibidas por Será, la Serafín mayor, y Emily, la Serafín menor, dos figuras imponentes que dirigían el consejo con una serenidad casi etérea. Junto a ellas, estaba Adán, el líder de los Ángeles Exorcistas y el antiguo Primer Hombre, cuya presencia era intimidante. A su lado se encontraba Lute, su segunda al mando, cuya mirada afilada no dejaba lugar a dudas sobre su carácter.
Charlie se enderezó y, con una postura firme pero respetuosa, comenzó a hablar.
—Gracias por recibirnos, Serafines. Estamos aquí para presentar nuestra causa —dijo Charlie, con determinación en su voz—. Mi objetivo es la redención de las almas condenadas en el Infierno. Hemos comenzado con un ejemplo, Ángel Dust, y aunque muchos en el Infierno creen que es irredimible, quiero probar que todos pueden cambiar, incluso aquellos que parecen estar perdidos.
Vaggie, a su lado, asintió con una mirada confiada, pero el ambiente se volvió tenso cuando Adán, cruzado de brazos, habló con desprecio.
—¿Redención? —dijo, su voz dura como el hierro—. Si esa perra realmente quiere cambiar, ¿por qué hizo un trato con ese demonio Valentino? No es más que una prostituta del Infierno, y ya está demasiado contaminada para que haya algún tipo de salvación.
Charlie apretó los puños, pero intentó mantener la calma. Miró a Vaggie, buscando apoyo, antes de enfrentar a Adán con una mirada desafiante.
—Adán, tú no entiendes —respondió con firmeza—. Ángel Dust tiene sus propios demonios, pero eso no lo hace menos digno de una segunda oportunidad. Si el cielo no ofrece una oportunidad para aquellos que lo piden, ¿qué tipo de justicia es esa?
Lute, la segunda al mando de Adán, dio un paso al frente, mirando a Charlie con una sonrisa fría.
—Eso está bien para ti, princesa, pero nadie en el Infierno puede cambiar. Ni siquiera tu padre —dijo, su tono venenoso—. Hace unas semanas, la princesa Alanís desapareció, y tenemos razones para creer que tu padre está involucrado. Sabemos que el Infierno tiene sus propios métodos, pero esto... esto es demasiado.
Charlie sintió que su pecho se apretaba al escuchar el nombre de Alanís, pero no iba a dejar que las acusaciones de Lute la afectaran. Se giró hacia Vaggie, buscando su apoyo, y luego miró a Lute directamente a los ojos.
—Mi padre no tiene nada que ver con la desaparición de Alanís —dijo con firmeza, su voz temblando apenas—. No sé quién te ha dado esa información, pero te aseguro que él no haría algo así. Ni siquiera conoce a esa princesa.
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Una Sumisa para Lucifer Morningstar
FanfictionAlanís, conocida en el Cielo como el Espíritu Santo, es una divinidad celestial que, tras ser secuestrada por Lucifer Morningstar, se encuentra atrapada en el Infierno. Alanís intenta mantener su dignidad y esperanza mientras lidia con los intentos...