Problemas de comunicación

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Transcurrieron dos meses desde el nacimiento de los cachorros. Second se había vuelto muy apegado a sus consanguíneos menores, prestándole a ambos todo su tiempo y amor, por desgracia esto llevo a que la vida pasional con su esposo se enfriara. Estando consciente de que no podría tener relaciones por algún tiempo mientras su útero regresaba a su tamaño normal, pero ya no estaba en abstinencia. Se volvió “Family friendly” todo lo que hacía era con los cachorros, pensaba únicamente en los cachorros, permitiendo el descuido de la relación matrimonial.

No pedía mucho, unas caricias le bastarían pero simplemente todo lo referente al sexo, directo e indirecto ya parecía que no rondaba por la cabeza del germano. Incluso ya no reaccionaba a las feromonas que alguna vez lo volvieron loco ni deseaba ser marcado nuevamente. No lo obligaría a hacer el amor pero ya extrañaba ese roze de cuerpos, escuchar su nombre entrecortado por los suspiros del menor, recibir besos húmedos, encontrar el punto exacto donde Second empezaba a ver estrellas sin salir de casa. Las noches se volvieron frías apesar de que Reich estuviese a su lado.

– Que día tan cansado. – Se acostó en la cama. – Buenas noches, liebe. – Le dio un beso rápido en los labios a su pareja para luego arroparse.

– Buenas noches, bebé... – De seguro el alemán ni siquiera lo había escuchado.

No le gustaba sentirse el cero a la izquierda, olvidado. Tenía en claro que la atención a los cachorros era primordial, y eso no le molestaba, pero el germánico ahora lo único que hacía era estar con los cachorros. Ya no tenían citas sin que los pequeños estuviesen presentes, ya no tenían momentos románticos como una simple cena en casa a la luz de unas velas porque Second deseaba incluir a los jovencitos. Literalmente Second quería que todo lo que fuesen a hacer tuviera a sus hijos implicados, eliminando todo lo íntimo que alguna vez tuvieron. Las cosas que en alguna ocasión usaron para sus sesiones de intimidad ya acumulaban polvo, la lencería que llegó a usar el omega debajo de su ropa ya quedó en cajones tan sellados como el armario de BDSM.

•••

Si una relación se basaba en la comunicación entre pareja, debería de funcionar.

– Hey, liebe.

– ¿Hmh? – No aparto la vista del libro que traía entre manos.

– Debo hablar algo contigo.

– Dime tesoro, te escucho.

Tragó saliva. – Hace dos meses que nacieron nuestros hijos, y quería aclarar unas cosas que tengo en mente. No voy a presionarte a que me entiendas pero deseo que sea lo mejor para los cuatro. – Empezó a jugar con sus dedos buscando la combinación adecuada de palabras para que el germánico no sintiese que quería desplazar a los pequeños.

– Oh. Bueno, puedes estar tranquilo. Comprendo tu opinión.

¿Estaría hablando enserio? ¿Él solo se dio cuenta del descuido al que sometió a su esposo?. Suspiró aliviado.

– También he estado pensando que sería buena idea llevar a los cachorros de viaje. – ¿Pero que... – No estaba del todo seguro ya que eran muy pequeños y tenía miedo de que no soportarán un viaje.

– No, no liebe. Es otra cosa. – Se sentía nervioso. Las palabras de su esposa le cayeron como un balde de agua fría.

– ¿Ah? ¿Entonces que sucede? Pensaba que dirías algo así, como te gusta incluir a los cachorros en varias actividades suponía que tenías algo planeado ya que hemos hecho de todo. – Sí los incluía, pero por petición suya al principio, y después por verlo feliz. – ¿Que sigue en la lista?

Tenía una lista. Una lista de cosas que deseaba hacer junto a Austria y Hungría en sus primeros meses de vida, no dejaba de crecer día tras día... Interminable recordatorio pegado al refrigerador de todo el tiempo juntos que no tendrían.

Pareja Dispareja [Second Reich X Austria-Hungría]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora