Capítulo 37

207 25 16
                                    

—¡¿Cómo llamaste a Dos-kun, desperdicio de vendas?!

Los gritos de Nikolai se hacían presentes en el patio de la escuela. Era la hora del descanso, por lo que todo el salón se encontraba en el patio, platicando o haciendo cualquier otra cosa.

Poniéndolos en contexto, cierto castaño comenzó a molestar a cierto violáceo, provocando que la pareja del antes mencionado se enojara, pues Dazai había llamado "rata anémica" a Fyodor.

—¡¿Quién te crees para llamar así a mi novio?! —intervino Chuuya, colocándose delante de su pareja —. Sí, es un desperdicio de vendas, pero sólo yo puedo decirle así.

—No me ayudas, Chibi.

—Tú callate —dijeron el albino y el peli-naranja al mismo tiempo.

—¿Quién te crees para callar a mi novio? —se cruza de brazos.

—Ay, perdón por callarlo, ¡pero el fué quién empezó! —el albino apunta al de vendas.

—Nikolai, creo que deberías dejarlo —habla Fyodor —. No tienes que armar un alboroto.

—Pero... Pero... Agh, bien —dirige su vista hacia el castaño —. Le vuelves a decir algo...

—¿Qué? —pregunta, burlón, el chico —. ¿Vas a matarme con alguno de tus truquitos de circo barato?

—Hijo de la...

—Kolya —sentencia el azabache, tomando a su novio del brazo.

El de trenza suelta un suspiro, accediendo a dejar en paz al castaño. Se sienta al lado de su pareja y de su amigo, intentando calmarse.

—Parecías un loco —menciona Sigma, dirigiendo una galleta a su boca —. Ah, espera, tú siempre pareces un loco —se corrige.

Nikolai sólo pone una cara de indignación, una que parece estar diciendo «¿A quién llamas loco, solterón de mierda?». Contiene sus ganas de decirle lo que pasa por su cabeza, pues no quiere volver a parecer "loco".

—Puede que esté loco, pero es mío —dice Fyodor, con un tono serio y sereno.

Esas palabras fueron suficientes para sacarle un sonrojo al albino, quien tuvo que tapar su rostro con sus manos para evitar que lo vean.

—No hablas enserio... —Sigma aún estaba boquiabierto por las palabras del chico.

—Sí hablo enserio.

—Ay, Dos-kun, me sonrojas —informa Nikolai, aún con sus manos en su rostro.

—Mejor me voy —el peli bicolor se levanta de su asiento —, aquí sólo hago mal tercio...

—¿Qué? No, Sig —el albino toma la mano de su amigo —. Perdón si te hacemos sentir así... ¿Verdad, Dos-kun? —se voltea hacia el violáceo.

—En realidad... —iba a negar lo que el albino afirmó, pero al ver que su pareja le dirigió una mirada seria, se calla —. Sí, es verdad, no te queremos hacer sentir así.

—¿Ves? Prometemos ya no hacerte sentir mal tercio —rodea con su otro brazo a su novio —, ¿no es así? —vuelve a preguntarle a su novio, con un tono de advertencia en su voz.

—Exacto.

—Está bien —el chico vuelve a tomar asiento con sus amigos —. Pero, otro momento así, y me voy.

—De acuerdo.

●◉◎◈◎◉●

—¿Y por qué tenemos que ir necesariamente a mi casa?

Escuela BSD | ShipsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora