Cap. 1 | Acto II: El ilusionista temeroso.

Bautizo equino.

—Antes de comenzar, dime tu nombre, no es bueno estar contando historias a desconocidos— preguntó Fransi a su interlocutor equino, a lo cual este respondió con un tenue relinche seguido del característico resoplido que estos animales hacen —Entiendo, pero se me hará difícil pronunciarlo ¿Te importa si te coloco otro nombre? A los gnomos nos encanta esto, de hecho yo mismo poseo una docena— a lo cual el caballo respondió de forma afirmativa —tranquilo, yo mismo soy llamado por mis jinetes, de una manera que se distinguir pero que se me hace imposible de pronunciar—.

Con gesto de pensar en su rostro y sujetándose la barbilla con los dedos de su mano derecha, Frantaliyus eligió un nombre para este caballo y luego de hacerlo se lo dijo —Ya lo sé, te bautizaré como "Caballo Pelomarrón Escuchagnomos", por lo cual el mote por el cual te llamaré será: "Capelo"— Me gusta, replicó su ya no desconocido, interlocutor equino.

Luego de ser nombrado por el gnomo, Capelo dijo —ahora lo justo es que tú me digas tu nombre completo— sin haberse percatado del error que fue esta petición, ya que este obvió el hecho de que Fransi le había mencionado que tenía una docena de nombres.

—A ver Capelo, los nombres provenientes de los cuatro clanes de mis abuelos son, por parte de mi padre, "Sinforinio" proviene de mí abuelo y "Roseira" de mi abuela, y por parte de mi madre, "Torrelatente" proviene de mí abuelo y "Lombaricoqui" de mi abuela y siguiendo mi ascendencia, todos provenimos del clan de los Tiernorillo, por lo cual mi nombre de linaje es "Tiernerillo"—. Al pronunciar esto último, Fransi no pudo evitar acordarse de su amada prima Ánabo, por lo cual su semblante volvió a reflejar aflicción.

Al notar esto, Capelo le preguntó —¿Te ha sucedido algo? Te has vuelto a poner triste— a lo cual el gnomo dió por respuesta —Caballo perceptivo, así es, pero tranquilo ya sabrás cuando te cuente mi historia— y volviendo a recomponer su ánimo, terminó por decir —mejor sigo diciéndote mis nombres antes de comenzar mis relatos— a lo cual el caballo asintió, moviendo su cabeza, de una forma muy típica con que estos animales lo hacen.

—Mi mamá me llamó "Groloseno" y mi papá "Frantaliyus"" y mis tías "Dolosenta", "Franalacia" y "Paulafina" me colocaron respectivamente "Fertolerto", "Firineo" y "Pedrudero" y para finalizar mis dos motes son, "Mentecuriosa" puesto por mi maestro de taller y "Manoligera" colocado por mi maestro de ilusionismo— por lo cual, mi nombre completo, considerando los doce bautizos que tuve sería— y luego de hacer una pausa para agarrar suficiente aire y poder decirlo sin ahogarse por falta de oxígeno, terminó por pronunciarlo:

—"Frantaliyus Groloseno Fertolerto Firineo Pedrudero Sinforinio Roseira Torrelatente Lombaricoqui Tiernorillo Mentecuriosa Manoligera"—.

Al decir su nombre completo, Frantaliyus volvió a ponerse triste, razón por la cual el caballo le relinchó —¿Qué te sucede ahora? ¿No te gusta alguno de tus nombres?— y este le respondió, —no Capelo es que olvidaba el tercer mote que tengo, el cual es Fransi—.

A lo cual el caballo le dijo con condescendencia — Tranquilo, no te pongas así por eso, a cualquiera se le puede olvidar uno de sus...— el animal hizo una pausa en la cual trató de contar todos los nombres dichos por el gnomo, dando golpecitos con su pata en el suelo y al darse cuenta de esto, Frantaliyus completo su frase —trece nombres— y luego de un suspiro, agregó —no es por eso Capelo—.

—Bueno, en todo caso— dijo el equino —Ahora tendrás dos nuevos nombres y un mote más, porque lo justo también es, que yo te bautice a ti—.

Frantaliyus puso gran atención, porque para un gnomo, siempre recibir un nuevo nombre es algo solemne —Dime Capelo ¿Como me llamarás— a lo cual este respondió:

—Te llamaré como ya te he llamado, "Pequeño Yóquey" por lo cual tu nuevo mote será "Pequeyó"—.

Esto le sacó, una nueva sonrisa a Fransi, y al respecto solo le dijo:

—Ya veo Caballo Pelomarrón Escuchagnomos, que has entendido, todo este embrollo que tenemos con los nombres, nosotros los gnomos—.