Capítulo 9

41 7 2
                                    


El día había sido largo y agotador, y finalmente me encontraba a punto de caer rendida en mi litera. Estaba disfrutando de esos preciosos momentos de tranquilidad antes de caer en un sueño profundo cuando un grito exaltado de Félix rompió la calma.

—¡Oh no! —exclamó Félix, haciendo que saltara de la cama, el corazón latiéndome a mil por hora.

—¿Qué pasa, Félix? —pregunté alarmada, sentándome de golpe.

—Se me olvidó el maletín pequeño con medicina junto al árbol de la plaza del pueblo. Lo apoyé ahí mientras recogíamos y se me olvidó meterlo en el coche militar —dijo, visiblemente angustiado.

Seungmin, que también se estaba preparando para dormir, se giró hacia nosotros.

—No te preocupes, Félix. Lo recogeremos mañana por la mañana —dijo, tratando de calmarlo.

Pero Félix negó con la cabeza, su rostro lleno de preocupación.

—No, tengo que ir ahora. ¿Y si un niño lo coge y se bebe la medicina? El maletín contiene suministros de analgésicos intravenosos. Podrían abrir los botes y beberlos pensando que es comida o algo. Son niños, tocan todo. Además, si le da mucho sol mañana, la medicina podría echarse a perder y no podemos permitirnos perderla.

Seungmin suspiró y salió de su cama, comenzando a vestirse.

—Está bien, vamos ahora mismo a por ella —dijo decidido.

—No, Seungmin, fue mi culpa. No tienes que acompañarme —replicó Félix, pero Seungmin ya estaba poniéndose los zapatos.

—No te dejaré ir solo en la noche. Sabes que no es seguro.

Viéndolos a ambos prepararse, me levanté de la cama y cogí mi ropa para entrar al baño a cambiarme.

—Esperen, yo también iré con ustedes —dije, pero Félix levantó una mano para detenerme.

—Dana, no. Es suficiente con nosotros dos. Tú necesitas descansar. Como líder, ya tienes mucho trabajo y responsabilidad —dijo con firmeza.

Seungmin asintió y sacó su móvil, mostrándomelo.

—Cualquier cosa, te llamamos inmediatamente. Sabes que conocemos el camino de sobra y el pueblo está muy cerca. No te preocupes.

No me quedé satisfecha, pero ambos insistieron mil veces. Finalmente, acepté a regañadientes.

—Está bien, pero por favor, tengan mucho cuidado. No quiero que pase nada malo —les dije, tratando de ocultar mi inquietud.

—Lo prometemos —dijo Seungmin, sonriendo para tranquilizarme.

Los vi salir de la tienda y desaparecer en la oscuridad. Intenté volver a acostarme, pero el sueño se me había escapado por completo. Me senté en mi cama, preocupada, mirando mi móvil cada pocos minutos.

Los minutos pasaban y mis nervios aumentaban con cada segundo. Decidí llamar a Félix y Seungmin para asegurarme de que todo estaba bien, pero ninguno de los dos respondía. Intenté varias veces, con la esperanza de que alguna llamada sería contestada, pero el silencio del otro lado solo incrementaba mi ansiedad.

—¿Dónde estarán? —murmuré para mí misma, el corazón acelerado.

Decidida a no molestar al resto del equipo que no sabían nada de esto y que ya estaba profundamente dormido, me vestí rápidamente. Salí de la tienda y miré a mi alrededor. El campamento estaba en calma, con solo un par de militares haciendo rondas a lo lejos.

Corazón bajo fuego - Changbin SKZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora