Capítulo 25

30 5 0
                                    


Habían pasado un par de semanas desde mi última conversación con Hyunjin, aquel chico que tenían como prisionero. Las heridas físicas que dejó aquel incidente habían comenzado a sanar, pero las dudas que sembró en mi mente seguían latentes. No podía evitar preguntarme si había algo más detrás de esa fachada fría y arrogante que mostraba. Quizás era la naturaleza de mi profesión, siempre queriendo ver más allá de las heridas superficiales, o quizás solo era simple curiosidad.

Me encontraba en el área médica, organizando algunos suministros, cuando la idea de volver a hablar con él me cruzó por la mente. Esta vez, quería hacerlo de manera más directa. Decidí que iría a verlo, pero antes de nada, hablé con Seungmin. No podía simplemente desaparecer de nuevo sin decirle nada, después de lo preocupado que había estado la última vez.

—Voy a ver a Hyunjin, otra vez —le dije de manera casual mientras él revisaba algunos informes.

Seungmin levantó la vista, su expresión era mezcla de preocupación y resignación. Sabía que no podría detenerme, pero aún así, no le hacía ninguna gracia.

—¿Estás segura de que es buena idea? —preguntó, pero su tono no era de oposición, sino más bien de advertencia—. Solo ten cuidado, Dana. Ese chico es impredecible.

—Lo sé —le respondí con una sonrisa ligera—. No te preocupes, estaré bien.

También hablé con Félix, quien estaba comenzando a retomar su trabajo después de haber pasado un tiempo en una camilla tras el incidente. Él también me dio su aprobación, aunque su mirada reflejaba la misma cautela que la de Seungmin.

—Solo asegúrate de no bajar la guardia —me advirtió Félix mientras se ajustaba su uniforme—. Aunque esté bajo vigilancia, sigue siendo peligroso.

—Lo tendré en cuenta —asentí, agradecida por su preocupación.

Por otro lado, no logré encontrar a Changbin para avisarle, pero recordé que tenía su número de teléfono apuntado, así que le escribí un mensaje rápido: Voy a ver a Hyunjin. Solo te aviso.

Apagué la pantalla del móvil y lo guardé en mi bolsillo antes de dirigirme hacia la pequeña zona destinada a la prisión. A medida que me acercaba, sentía cómo la adrenalina comenzaba a hacer efecto, pero era más una sensación de determinación que de miedo. Ya lo había enfrentado antes, y no había nada que temer.

Cuando llegué, hablé con el soldado de guardia, quien amablemente me abrió la puerta. Entré y no pude evitar sorprenderme un poco. Hyunjin no estaba esposado, se encontraba completamente suelto dentro de su celda. Eso era nuevo. Sin embargo, no me asusté. Había algo en su postura relajada, en la manera en que su mirada se encontraba perdida en algún punto del suelo, que me hacía sentir que no corría ningún peligro.

Me acerqué a él con paso firme, sentándome en el mismo lugar que la última vez. Al percatarse de mi presencia, alzó la mirada hacia mí, claramente sorprendido. Sus ojos se oscurecieron un poco, como si intentara descifrar mis intenciones.

—¿No me temes ni un poco? —preguntó después de un largo silencio, su voz cargada de ironía—. Ya has visto de lo que soy capaz y aún así entras aquí, teniéndome completamente libre.

Me encogí de hombros, intentando restarle importancia a sus palabras. Había pasado mucho tiempo enfrentándome a situaciones difíciles como doctora para dejar que sus intentos de intimidación me afectaran.

—Incluso si quisieras hacerme algo —respondí con calma—, estarías en desventaja. Estás en una prisión dentro de una base militar. No llegarías muy lejos.

Hyunjin esbozó una sonrisa irónica, una mezcla entre diversión y resignación, pero en el fondo parecía sorprendido por mi actitud. No era la reacción que esperaba, y eso lo desconcertaba.

Corazón bajo fuego - Changbin SKZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora