Headcanons de Ghost x Soap.

#3

HeadCanon: Soap entra en pánico cada vez que Ghost es enviado a una peligrosa misión.

La base estaba operando con normalidad, muchos soldados descansando e incluso otros bebiendo. Hasta que apareció Soap caminando a través, empujando a los soldados que se le atravesaban en el camino. Los murmullos se esparcían como sombras, y los rostros de los soldados reflejaban sorpresa, ya que Soap nunca se ve así de tenso y molesto.

Ghost había sido enviado por Shepherd a una misión clasificada, una que prometía ser extremadamente peligrosa. Desde el momento en que partió, Soap no había dejado de estar intranquilo.

La noticia llegó como un golpe frío: ningún soldado reclutado para la misión había sobrevivido. No había señales de Ghost. Soap se quedó helado, sus pensamientos sumidos en el peor de los escenarios. La desesperación y el miedo comenzaron a transformarse en una furia ardiente.

—¡Maldito seas, Shepherd! —gritó Soap, irrumpiendo en la oficina del general, su rostro encendido de ira. Sus manos temblaban, y sus ojos brillaban con una mezcla de desesperación y rabia—. ¡¿Cómo pudiste enviar a Ghost sin más apoyo?!

Shepherd, imperturbable, le devolvió la mirada con frialdad.

—Era una orden, MacTavish. Todos sabían los riesgos.

Soap estaba a punto de lanzarse sobre Shepherd cuando Price intervino, sujetándolo por los hombros.

—Tranquilo, Soap. Esto no ayuda a nadie.

Pero Soap estaba más allá de ser calmado. Luchó contra el agarre de Price, su furia aumentando con cada segundo que pasaba sin noticias de Ghost.

—¡No lo entiendes, Price! —gritó, su voz quebrándose—. No puedo perderlo. No puedo...

Price apretó los labios, entendiendo la profundidad del dolor de Soap. Sabía que las palabras no serían suficientes, pero intentó apelar a la razón.

—Simon es fuerte, Soap. Si alguien puede sobrevivir, es él.

Soap se había retirado a su habitación, sus manos temblorosas aún aferradas a la esperanza de que Ghost estuviera vivo. Las imágenes de su amado en peligro lo atormentaban, y su corazón latía con una mezcla de temor y anhelo.

De inmediato Johnny se equipo con todo lo posible, dispuesto a ir a buscar y salvar a Ghost, sin importar nada.

Entonces, en medio de la noche, sonó la alarma de la base. Soap se esfumó de su habitación, su cuerpo tenso y alerta. Corrió hacia la entrada, su mente llena de posibilidades. Al llegar, lo vio.

Ghost estaba allí, con la ropa rota y sucia, bañada en sangre, pero vivo. Su máscara ennegrecida por la suciedad, pero esos ojos que Soap conocía tan bien brillaban con una fuerza inquebrantable.

Sin pensarlo, Soap corrió hacia él, su corazón aliviado y lleno de emoción.

—¡Simon! —gritó, lanzándose a sus brazos.

Ghost lo abrazó con fuerza, sintiendo cómo Soap temblaba en sus brazos.

—Tranquilo, Johnny. Estoy aquí.

Soap no pudo contener las lágrimas, dejando que su miedo y alivio se derramaran. Ghost acarició su espalda, sosteniéndolo con suavidad.

—Pensé... pensé que te había perdido —susurró Soap, su voz ahogada por la emoción.

Ghost lo apartó ligeramente, mirándolo a los ojos.

—Nunca te dejaría, Johnny. Siempre regresaré a ti.

Mientras se abrazaban, Price observaba desde la distancia, una pequeña sonrisa asomando en sus labios. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero en ese momento, todo lo que importaba era que Ghost había regresado, y que el amor entre ellos era más fuerte que cualquier peligro.