Cicatrices (anthony bridgerton) ✔️

CAPÍTULO 14

Penélope contuvo el aliento al ver la expresión ansiosa de Anthony después de haberle dicho su encantadora propuesta. La miraba con más amor del que jamás había visto en el rostro de otra persona. Sus ojos recorrieron rápidamente su amado rostro y las lágrimas se acumularon en sus ojos mientras se sentía inundada de amor por él. Semanas atrás había pensado que era una maldición que él se hubiera presentado en su puerta. Se había resignado a una vida alejada de los demás y de su posible juicio, viviendo sus días en silencio. En cambio, este hombre había trastocado todo lo que había pensado que quería o merecía. Ahora estaba allí, frente a ella, de rodillas, ofreciéndole una vida que estaba más allá de cualquiera de sus sueños más locos antes o después del incendio. Con Anthony, tendría una vida con un verdadero compañero que la apoyaría y ella a él, un amor tan profundo y verdadero que la dejaría sin aliento y la posibilidad de tener una familia. Ya no quería vivir a medias. Él era todo lo que siempre había querido pero nunca pensó que podría tener, así que no había dudas sobre qué respuesta pasaría por sus labios.

—Sí —suspiró mientras las lágrimas se le escapaban y le rodaban por el rostro. Le dedicó a Anthony una sonrisa radiante a través de las lágrimas y él gritó de alegría antes de sentarse a su lado en el banco de nuevo y abrazarla para darle un beso que le paralizó el corazón.

Él se apartó un poco y le secó las lágrimas antes de besarla de nuevo en los labios. Ella se aferró a él y derramó su amor en sus besos, lo que hizo que él gimiera y la abrazara con más fuerza. Le dio besos calientes en la mandíbula, en el cuello y luego volvió rápidamente a su boca. Ambos respiraban con dificultad cuando se separaron y tenían expresiones vidriosas que pronto se convirtieron en bufidos de risa silenciosa.

—Nunca he sido tan feliz —le sonrió Anthony mientras ponía su frente sobre la de ella.

Penélope le devolvió la sonrisa y suspiró "Yo también. Nunca podría haber soñado con esto", admitió. "Realmente me había resignado a la vida de solterona antes del incendio y luego, después, nunca pensé que podría..." Se quedó sin palabras y miró a Anthony con la boca temblorosa por la emoción.

—Siempre has sido digna de amor, mi Penélope —le aseguró Anthony con confianza—. Me siento honrado y privilegiado de ser yo quien pueda amarte y ser amado por ti. Nunca podría haber soñado que encontraría un amor como el que tuvieron mis padres... y sin embargo, aquí estás, en mis brazos. La dulce niña que vivió al otro lado de la calle todos esos años estaba destinada para mí. Estábamos destinados el uno para el otro, Penélope. Lo creo de todo corazón —dijo enfáticamente y luego la besó lenta y profundamente.

—Mmm —murmuró Penélope mientras le besaba mientras jugaba con los pelos de la nuca. Se apartó lentamente y lo miró con ojos llenos de adoración—. Eres un romántico, Anthony.

—Me haces ser así, cariño —ronroneó y sus ojos brillaron de amor antes de darle un beso en los labios.

"He llegado a creer que fue el destino el que te trajo aquí", dijo soñadoramente, "te amo y estoy muy agradecida de que aparecieras en mi puerta y luego procedieras a derribar cada muro que había levantado alrededor de mi corazón. Me sentí como una bestia horrible que se había encerrado y luego un apuesto príncipe vino a liberarme", se rió, "Eso sonó muy dramático, perdóname".

—Me gusta mucho ese apuesto príncipe —dijo moviendo las cejas juguetonamente y ella se rió en respuesta. Él pareció pensativo y dijo: —En realidad, creo que sería una excelente historia, ¿no crees?

"¿Crees que debería escribir nuestra historia para publicarla?", preguntó escépticamente y arqueó una ceja.

Anthony le pasó la mano por la ceja y sonrió: —Sí, lo sé. He leído tus cuentos mientras he estado aquí, Pen. Creo que podrías escribir una historia cautivadora sobre nosotros que tus lectores estarían ansiosos por leer. Podrías cambiar los nombres, por supuesto, o incluso darle algún tipo de giro fantástico, como una bestia —sugirió—. ¿Qué te parece, cariño?