SEGUNDA CARTA A LA NADA

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Pequeños trazos de comprensiva tinta y palabras ligeramente rotas, ligeramente sosas, ligeramente distraídas, ignorantes.

Siento que no siento nada... necesito ayuda, estoy cansada.

Aún se escucha el eco de aquel grito desesperado ansioso o tal vez solo cansado, un grito de ayuda, un "quédate" que me tocó reescribir con un" te fuiste" Muy amargo.

El temor de recordarte en aquel día aún me persigue corro para que no me alcance cuando dobló el paso en esa esquina tengo que escribirte y olvidarte con mis letras  

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