"Me miró con altivez y reprimió una sonrisa. Sabía que ya había ganado, yo ya había caído en su trampa.
-¿Qué quieres que haga?- inquirí con dificultad.
-Entretenme- volvió a sonreír con satisfacción por desastre en el que me había convertido desde...
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Ander
Una hora.
Solo una hora más y finalmente podré ir a dormir. Siento como si tal los músculos de mis muslos se desgarran y desangran internamente con cada paso que doy, y ni sé si eso es posible pero así se siente. Mis pies están matándome y el olor a la comida empieza a provocarme náuseas.
Hoy es sábado, el restaurante no está tan lleno como se acostumbra en los fines de semana, pero aún así voy y vengo sin descanso. Me recargo en la encimera y el cocinero me ve con una mirada de lástima muy obvia, él sabe que aún estoy con resaca. Tampoco sé si eso es posible, pero no exagero al decir que siento como mi cerebro da vueltas y mi estómago lo acompaña en su danza del alcohol fiestero.
Suspiro y paso mis manos por la cara quitando los mechones de pelo que se pegan a mí por el sudor.
Estoy segura que entre ayer y hoy perdí unos cinco kilos. Inhalo aire y exhalo sudor. Es asqueroso. Como los baños de la fiesta de ayer. Baños portátiles. Asquerosamente sucios y con olor a emergencia después de que un intolerante a la lactosa se diera cuenta que el queso en la mesa de bocadillos no era vegano. Tuve que hacer pis en el estacionamiento detrás de una camioneta a la que accidentalmente manché su coraza impoluta con mi grasosa base de maquillaje cuando estampé mi cara en ella al casi caer por un tropezón.
Hablando de la fiesta de ayer, me pareció un poco muy aburrida. Es cierto que habían actividades medianamente ilegales pero eso no la hizo buena fiesta. En realidad vi cosas que puedo hacer yo sola en mi habitación y divertirme más, obviamente quitando el hecho que me gané diez mil grandes que aún sigo esperando, ¿y si no me los da?. Bueno, no es como que pueda decir que me estafaron, lo normal es que esa acusación sea al revés. Si los gano bien, podré ir visitar a mamá y despreocuparme de morir de hambre y si no, pues comeré huevo duro por unos cuantos años hasta que me gradúe o muera por sobre exigencia. Y tal vez ni eso, la caja de huevos ha subido de precio.
¡Agh!
No quiero decir que no me divertí, porque sí, me bebí una botella de Bacardi yo sola, pero tampoco me pareció la mejor fiesta del siglo.
Mmm...
Ahora que recuerdo me lié con un chico, muy guapo y amable, de la facultad de humanidades, después que nos besamos una hora entera me miró fijamente con ojos entristecidos y me dijo: "Lo siento mucho, pero no quiero comprometerme" ¿A caso yo si? No, claro que no. Pero bueno, lo respeto por su manera tan dulce de rechazarme cuando la caldera entre mis piernas se había empezado a encender. Luego de eso no sucedió nada importante para recordar con lucidez.
¿Se nota que me estoy haciendo la tonta?
¡AAHHHHH!
¡Me vio!
Me vio de nuevo con esos ojos preciosos y provocadores. Quiero gritar cada vez que lo recuerdo.
Juro que perdí las bragas cuando lo miré con esa camisa negra con las mangas enrolladas en sus antebrazos. Joder, que hombre. Todavía siento el calor de su mirada recorrerme con lentitud, recibí muchas miradas lujuriosas parecidas antes, pero ninguna de ellas me hicieron sentir que estaba acercándome a una caída segura en un abismo y que yo estaba más que dispuesta a dejarme caer contenta.
