Capítulo 1

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Apenas había cumplido sus dieciocho años cuando conoció a Sasuke en la universidad. Un joven azabache de mal carácter a quien nadie solía hablarle, por lo que Naruto había decidido ser la excepción. No fue fácil para él, porque aquel joven no hacía ni un solo intento por devolverle, aunque sea, un simple saludo.

Naruto no se había rendido y cuando Sasuke menos lo esperó, aunque no puede asegurar como fue que sucedió, ambos se encontraban almorzando juntos y agrupándose para hacer sus trabajos o estudiar juntos.

Fue en ese entonces, que su compañero y nuevo amigo, había decidido que estudiarían en su hogar.
Naruto no podría decir que se arrepentía de haber aceptado, porque entonces, eso significaría que se arrepentía de haber conocido a quien se había convertido en su pareja.

Había entrado a la casa Uchiha junto a Sasuke, cargando la mitad de los libros de la biblioteca que su compañero no podía, siendo recibidos con un cálido saludo y la sonrisa más bonita que Naruto haya visto en su vida.

Itachi, el mayor de los hermanos Uchiha, era el tipo de joven por el que Naruto podría caer completamente enamorado, tal como sucedió. Bueno, él, muchas jóvenes y quizás varios chicos a quienes les gusten las personas de su mismo sexo.

Su cabello negro caía por su espalda amarrado en una coleta baja y floja, siendo complementada con unos mechones más cortos que enmarcaban su bonito y pálido rostro. Sus ojos negros demostraban mucha más vida y bondad de lo que su nuevo amigo podría expresar, aún cuando eran acompañados por aquellas extrañas, pero grandes ojeras.

Itachi era amable, conversador y simpático. A Naruto le encantaba poder hablar con él, porque el mayor era unos centímetros más bajo y a Uzumaki le agradaba tener que inclinar un poco su cabeza para poder mirarlo a los ojos.
Le gustaba pensar que si tan solo se movía unos cuantos centímetros, sus brazos podían envolver la cintura del contrario y atraerlo a él para apresar sus labios en un beso dulce y tranquilo.

Y aquello sucedió un año después de haberlo conocido.

El mismo día en que Naruto cumplió sus diecinueve años, había decidido visitar a su amigo para poder pasar el tiempo juntos, aunque la realidad era que anhelaba recibir la felicitación de aquel que lo había enamorado, prácticamente, desde el primer momento.

Itachi le había dado la bienvenida con una más de sus bonitas sonrisas y con un tono cantarín, lo felicitó entregándole una pequeña caja repleta de dulces con un bonito listón encima.

Naruto se apresuró e Itachi nunca se lo esperó, pero tampoco lo rechazó.

La caja quedó olvidada sobre la mesita que se encontraba junto a la puerta de entrada. Sus pies se movieron por si solos y sus brazos envolvieron la cintura de Itachi como había querido hacer desde hacía tiempo. Acarició con dulzura la mejilla del mayor y sin despegar su mirada de aquellos ojos que lo observaban con sorpresa mientras que un brillante sonrojo teñía su piel, se inclinó para poder besarlo como tanto lo ansiaba.

Las manos del contrario tardaron un poco en elevarse hasta unirse en la zona trasera de su cuello, jugueteando de vez en cuando con su rubio cabello mientras seguía el ritmo lento del beso.

—Me gustas mucho.—Aquel susurro salió casi desesperado de sus labios, no queriendo darle la oportunidad al contrario de alejarse.

Pero entonces, Itachi sonrió y Naruto sintió que se enamoraba una vez más.

—Eres correspondido, cariño.

Un nuevo beso llegó antes de ser alejados por el carraspeo de un tercero.

Sasuke los observaba a ambos con la boca abierta, sin prestar atención a las gotas que caían desde su húmedo cabello hasta empapar su camiseta, justo a la altura de sus hombros.

Amnesia de un examor (NaruIta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora