Capítulo 4

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Las horas se habían convertido en días. Los días en semanas y las semanas en meses.

Tres malditos meses donde se había estado presentando cada día en el hospital luego de salir de sus clases. Itachi no parecía demostrar ni un solo indicio de querer abrir sus ojos nuevamente y la desesperación comenzaba a abrumarlo.

El médico se los había informado tanto a Sasuke como a él. El golpe que Itachi había sufrido en su cabeza, era el causante de que el chico se encuentre en lo que se podía denominar como estado de coma y de acuerdo al profesional, no había garantía del día en que el chico pudiera despertar, o siquiera, si es que lo hacía en algún momento.

Dolía. Demasiado.

Pasaba parte de sus noches desvelado con su mente repitiendo como una película el momento en que ingresó por primera vez a la habitación.

Su brazo izquierdo se encontraba enyesado, parte de su rostro se encontraba raspado, como si hubiera sido arrastrado por el pavimento hasta crear desagradables quemaduras. Su mano derecha se encontraba vendada por los cortes al igual que el resto de su brazo y su cabeza.

El maldito bastardo que había ocasionado el accidente, no fue capaz de dar la cara en todo ese tiempo y de acuerdo a lo que su amigo le había comentado, la policía no consiguió absolutamente nada luego de haber hecho la denuncia.

Podía ver el cansancio en el rostro de su mejor amigo cada día. Sabía que el chico pasaba sus días en el hospital y solo se presentaba en su hogar para asearse o comer, si es que lo hacía.
Sasuke había adelgazado demasiado. Sasuke pasaba su tiempo al pendiente de su hermano a la espera de ser él a quien vea ni bien abriera sus ojos.
Sus padres se habían visto obligados a volver a su ciudad luego de que los días libres que habían pedido, se acabaran. Había presenciado como, prácticamente, le rogaban al menor de sus hijos porque les informe sobre su estado cada día.

La desesperación parecía consumirlos a ambos día tras día y aún así, ninguno se había dignado a perder la fe de que el mayor despertara. Porque si bien habían pasado los meses, no era el tiempo suficiente como para tomar la desgarradora decisión de la que Kakashi había hablado.

Sasuke le hablaba a su hermano cada vez que se presentaba, creyendo fielmente en lo que había leído en internet sobre las personas que se encontraban en ese estado.
Hacía su tarea a su lado y le explicaba a Itachi cada materia, que según el menor, le servía como un ayuda de memoria y una oportunidad para poder mantener la fe en que vería a su hermano a los ojos una vez más.

La situación no cambiaba con el tiempo, solo eran ellos quienes se mantenían aferrados a la idea de verlo sonreír nuevamente.

Sus padres los habían acompañado en más de una ocasión. Tanto Minato como Kushina se habían presentado en el hospital para poder ser un apoyo para el par de amigos y cuidar de Itachi en los momentos en que Sasuke debiera salir, aún cuando no era necesario.

Siempre que Naruto se presentaba, era la misma secuencia. Se quedaba en silencio junto a su mejor amigo, observando las facciones relajadas de Itachi y soportando el deseo de poder tomar su mano.
Dormía con tranquilidad sin la necesidad de estar tomando su mano o sin estar aferrado a sus brazos. Itachi parecía demasiado frágil estando en el estado en que estaba.

Detuvo sus pasos cuando su celular comenzó a sonar y el nombre de Hinata apareció en la pantalla.
Cortó al instante y continuó su camino hacia el hospital sabiendo que sería el primero en llegar cuando Sasuke le comentó que debía pasar por la cena para esa noche. Una nueva noche junto a su hermano.

La relación con aquella joven no iba como él hubiera esperado y no es porque se llevaran mal o las discusiones comenzaran, sino porque no tenía nada más en su cabeza que el hecho de presentarse cada día a la espera de ver una mejoría en el mayor de los hermanos.
Sabía que tenía que darle más de su tiempo y no solo hablar con ella durante sus jornadas escolares. Sabía que tenía que meterse al cien por ciento en su relación si quería lograr que las cosas salgan como él esperaba.

Amnesia de un examor (NaruIta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora