si te vas se me va a hacer muy tarde.
( . . . )
a medida que los jóvenes iban avanzando se acercaba su turno. estaba nervioso, realmente lo estaba y podía notarse por cómo movía sus manos y cómo peinaba su cabello cada segundo. a la distancia blas lo veía y podía desvanecerse a sus pies, era realmente encantador notar cómo su novio había cambiado.
en realidad ellos habían cambiado en general, ya dejarían de ser adolescentes para comenzar una vida adulta en donde sus responsabilidades cambiarían y ahora debían ser serios, pero no amargados, blas personalmente odiaba tener que volverse un viejo aburrido al cual sus hijos temerían.
porque sí, juan y él habían tenido serias conversaciones al respecto de su futuro; amaban la idea de adoptar, de ser una familia grande y de sólo pensar en su pareja cargando un bebé en sus brazos juraba que podía morir de ternura allí mismo. aunque debía mantener la cordura si no deseaba que todos sus compañeros pensaran que estaba loco.
— juan ignacio caruso, al escenario por favor.
los aplausos no tardaron en hacerse presentes en el lugar y no era para menos. juan era un gran compañero y alumno en el colegio, por lo que nadie parecía poder tener alguna queja de él como persona y eso era algo asombroso, blas estaba orgulloso del chico que tenía a su lado.
con lágrimas en los ojos corrió junto al chico de rulos castaños que ya se encontraba recibiendo su diploma en el escenario y lo abrazó como si su vida dependiera de ello. aún habían personas que no se encontraban acostumbradas a la relación que ambos mantenían pero no podía importarle menos, el momento era ahí y ahora.
ahora, cuando sus labios se juntaron en un fugaz beso que volvió sordos a ambos chicos fundidos en un loco amor; ahora, que sus grandes manos acunaban las mejillas del chico que tanto había deseado para su vida y finalmente tenía. blas lo sabía, él sería un tonto si lo dejaba ir tan fácilmente.
( . . . )
se fueron antes de que la ceremonia terminara. el más alto ignoró a cualquier compañero que deseara frenarlos para felicitarlos, incluyendo a paula, quien a pesar de haberse hecho muchos amigos allí intentaba de todas las maneras posibles conectar con el chico de rulos oscuros. sin embargo, blas ni siquiera estaba interesado en seguir conociéndola, en poder volverse cercanos.
blas no podía desear a otra persona que no fuera juan y sabía que lo mismo le pasaba al contrario.
entre risas algo exageradas y unos cortos besos llegaron a un parque, al mismo que iban desde que ambos tenían memoria. a ninguno parecía importarle poder ensuciar la ropa con la tierra mojada por la llovizna que hace poco había terminado y se sentaron allí, sin decir nada.
las palalabras no eran necesarias, o tal vez sí, sólo que ni juan ni blas se sentían preparados para romper el tan cómodo silencio con ideas tontas que se les escapaban y el momento era perfecto, casi hasta soñado.
blas escuchó cómo el ojiazul soltaba un corto suspiro y se giró a mirarlo. juan ya estaba viéndolo desde antes, lograba sentir la mirada contraria clavada en él como un cuchillo logrando erizar su piel tan fácilmente.
— ¿qué mirás?, ¿te gusto? —cuestionó el pelinegro con una sonrisa ladina.
— depende, ¿me vas a dar un beso si te digo que sí?
— depende —volvió a responder, acercándose un poco.
— capaz que me gustes un poco —susurró el castaño, relamiendo sus labios levemente.
— eso es una lástima.. vos a mí me gustas, y mucho.
juan sólo se rió levemente, se ponía nervioso con mucha facilidad. blas admiraba eso de él y mucho más, muchas cosas más. desde sus largas pestañas hasta el color rojo intenso que sus mejillas tomaban en cuestión de simples segundos; era como estar viviendo un sueño despierto.
— ¿me vas a dar un beso o querés seguir mirándome?
— qué despesperado que sos —blas dijo, revolviendo los rulos ajenos—. pero hoy tenés suerte, porque ando con muchas ganas de poder darte un beso.
y no siguieron hablando, no era necesario. al terminar de recostarse en el pasto y sentir el calor que ambos cuerpos emanaban sabían que era suficiente, no necesitaban más. en cierto punto era algo increíble, ninguno creía terminar en esta situación.
tan enamorados, tan entregados al otro. era amor de verdad y lo sabían, más que nada por la forma en la que lograban ponerse nerviosos aún a pesar de todo el tiempo juntos y sabían que iba a seguir pasando. eran cosas de la vida, de la nueva vida para los dos.
al final terminó siendo mejor de lo que esperaban y no todo terminó tan mal al entender que el amor podía por sobretodo, hasta por una amistad.
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mátame de pena; juan x blas.
Fanfic⋆ ! blas es un inexperto. juan experimenta con él hasta llevarlo al límite. . . ..... "mátame de pena pero quiéreme".