Las drogas son maravillosas

24 2 32
                                    

Abre la puerta ligeramente, y puede escuchar una conversación dentro. 

"¡AJÁ, un as! Dame ese mísero tres."

"Eres mala, no me tienes piedad..."

"¡Vas ganando, Nath! Me quedan muy pocas cartas." 

Castiel termina por entrar, provocando que Marie se sobresalte. Está sentada al pie de la cama de Nathaniel, y entre ellos hay un bonche de naipes, al parecer estaban jugando. 

No se le escapa lo amplio que el rubio sonríe cuando lo ve. Se levanta de su cama y va a abrazarle, provocando que Castiel se congele sobre sus laureles, incapaz de moverse como si eso fuera a hacer que se despierte de un bizarro sueño, "Te extrañe, ayer no viniste." 

La sangre se acumula en sus mejillas, ¿a este desquiciado qué le pasa? ¿Por qué está así de cariñoso? Inclina la cabeza para observar a Marie, silenciosamente rogándole por una explicación, pero ella se encoge de hombros, mordiendo el interior de su cachete.

"Creo que Nath está..."

"Me dieron drogas," Se ríe, separándose de él pero no del todo, sólo lo suficiente para que puedan verse ojo a ojo. Castiel coloca sus manos sobre los antebrazos del rubio, estabilizando a alguno de los dos (a sí mismo, en realidad), "Creo que nunca me había sentido tan bien."

"¿Qué clase de drogas? ¿Tachas? ¿Metanfetaminas?" Castiel cuestiona con una ceja alzada, que le provoca otra risita a esta versión extrañamente risueña de Nathaniel.

"No, Ámber dijo que le dieron antidepresivos de acción rápida y algún calmante porque estaba demasiado nervioso, y quedó así..." 

"Era eso o que me ingresaran a psiquiatría." Nathaniel revela sin ningún cuidado, por fin separándose, aunque le toma de la muñeca y le guía a su cama. Castiel, en otra situación, probablemente hubiera protestado por una acción así, pero está tan perplejo que le arrebató su habilidad de réplica. Nathaniel se sienta, se recorre, y da un par de palmadas a su lado, indicándole al pelirrojo que se siente como si fuera un puto perrito o algo por el estilo.

¡Y el muy tonto va y lo hace! Se sienta, incómodo. Marie también se ve de esa manera, pero Nathaniel no lo nota, o no parece importarle, demasiado drogado para que signifique algo para él. 

"¿Quieres jugar?" Le pregunta, aunque se apresura a replicar sin esperar al rockero, "Espera, ¿se puede jugar guerra de cartas con tres personas?" 

"Eh, no creo, pero hay más cosas, podemos jugar póker normal, o ve a pescar, o..." La pelinaranja deslucida, considerándolo mientras mira el techo acordándose, aunque luego se dirige a él, "¿Sí quieres jugar con nosotros, Castiel? Creo que te ayudaría a... despejarte."

Lo último es casi inaudible, y el aludido suspira pesadamente. Habla de la explosión de ayer: le gritó a Alexy y huyó despavorido, y hoy en la escuela se limitó a mirarlos a todos con un odio infinito, así que finalmente nadie se le pudo acercar a molestarle. Ya aprendieron la lección, por suerte, pero las cosas se sienten igual de tensas, o incluso más. 

"En realidad esperaba poder hablar con este tipo." Le señala con su pulgar, y el delegado infla sus cachetes.

"Me llamo Nathaniel."

"Como sea, no te puedo tomar en serio cuando estás así." 

"¿Quieren que los deje solos?" Marie cuestiona, sonrojándose mientras agacha la cabeza. 

Castiel se niega con la cabeza.

"No es necesario, tal vez sea hora de que estés al tanto de la situación," Voltea a Nathaniel, alzando una ceja, y por una vez el chico parece apenado en vez de estar eufórico, "¿No estás de acuerdo?"

Agridulce Desastre [Casthaniel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora