Sonreíste mientras abrazabas a tu novio para despedirte y salías felizmente de su auto. Entraste a tu casa cuando él se fue, cerrando la puerta detrás de ti.
Subiste a tu habitación y te quitaste la bufanda y el gorro. Era invierno.
Mientras suspiras y te sientas en tu cama, una voz muy familiar te sobresalta desde la dirección de tu ventana.
"Así que ahora estás ocupada con tu pequeño novio, eh mami"
Te volteaste de un salto e hiciste contacto visual con tu ex novio, Miles Morales.-¿Miles? ¿Qué estás haciendo aquí?-preguntaste entre confundida y nerviosa.
El hombre sonrió mientras entraba por tu ventana, cerrándola detrás de él antes de acercarse a ti. Se apoyó contra la pared y cruzó los brazos sobre el pecho, levantando una ceja "Te extrañé, cariño- dice de repente.
Miles se rió para sí mismo mientras observaba tu apariencia, dejando que su mirada recorriera tu cuerpo antes de hacer contacto visual una vez más. "No tienes idea de cuánto te he extrañado, nena- dice descaradamente.
-Oh Miles- tus mejillas no tardaron en a colorarse, y odiabas saber que el seguía teniendo ese efecto en ti solo con unas simples palabras.
Él se rió entre dientes ante tu reacción, acercándose lentamente a ti y sentándose a tu lado en la cama, su sonrisa nunca abandonó su rostro.
-¿Qué? ¿No estás feliz de verme, Mi Amor? ¿No me has extrañado tanto?-Cuestionó en tono de broma.
Miles se rió entre dientes mientras se acercaba un poco más, agarrando tu barbilla y haciéndote mirarlo-Sabes, me molesta verte con otros chicos. Nadie es lo suficientemente bueno para ti excepto yo- dice mientras ves esos ojos avellana que sinceramente habías extrañado.-Cómo sabes lo que es bueno para mí?- lo encaras con algo de enojo.
Chasqueó su lengua mientras te miraba a los ojos.-Porque te conozco mejor que nadie Mami. Sé más de ti de lo que tú sabes de ti misma, y sé que eres mía.
-Miles...- esas palabras habían despertado muchas cosas en tu interior, haciéndote sentir esas "mariposas"
Él sonrió mientras pronunciabas su nombre, su mano moviéndose desde tu barbilla hasta tu mejilla "¿Qué cariño? Sabes que tengo razón"
-No...- dices nerviosamente sin querer demostrar que tenía razón.
Levantó una ceja, la sonrisa aún en su rostro mientras agarraba suavemente tu barbilla otra vez, obligándote a mirarlo completamente. "No mientas. Sabes que tengo razón, princesa. Sabes que me perteneces".
-Ya no Miles- esas palabras hasta a ti te habían dolido, pero no lo demostrarías.
Miles levantó una ceja mientras hablabas y su agarre en tu barbilla se apretó un poco. Lentamente se acercó a ti, con un toque de irritación en su tono-¿Ya no? ¿Qué quieres decir con que ya no, Mami?- Mhm ese apodo