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Para Mara, todo se sentía como un eco distante. Todavía se sentía abrumada por los eventos de la noche anterior.

—¿Eso sigue rondando por tu cabeza? —preguntó Aslan, preocupado, mientras se sentaba a su lado en un banco apartado del bullicio.

Mara suspiró y miró a Aslan con ojos cansados. Habían estado hablando hasta tarde sobre lo que pasó con Abraham. Para Mara, nada de eso tenía sentido, pero Aslan intentaba explicarle que así eran las cosas a veces con los hombres. Mara insistía en que Abraham jamás se había comportado de esa manera hasta que empezó su relación con Draco.

—Creo que dormí tres horas —comenzó Mara, su voz cargada de frustración—. Se me adelantó el periodo, me duele la fuente de vida, estoy estresada por los proyectos que aún me faltan, por la cena de los chicos, por los chicos en sí, y ahora viene este rapasumalditamadre a salirme con esta mierda, involucrándome en todo esto, jodiéndome la vida —dijo, alterándose con cada palabra.

—¿Qué es lo que realmente te molesta de todo esto? —preguntó Aslan, tratando de calmarla.

—Ahora depende de mí decirle todo a Draco.

—Ya hablamos de eso, no depende de ti.

—Sí lo hace —lo interrumpió Mara—. Lo que Draco hará con esa información no depende de mí, pero todo el mundo sabe que si alguien me dice algo importante, se lo diré a esa persona. No ando con rodeos, y menos con algo así.

—Quizás eso es lo que quiere Abraham, que alguien más le quite el peso de decirle a Draco lo que pasa. No actúes impulsivamente, deja que el enojo se te pase. Nunca actúes por impulso. Piénsalo, háblalo con tu madre o tu padre.

—No quiero incluir a nadie más en esto —lo interrumpió Mara.

—Si hablas con Draco, involucrarás a toda tu familia. Es mejor que se lo digas a tu madre para que ella, que conoce mejor a la familia, te ayude con esto —Aslan acarició su pierna, tratando de darle tranquilidad, pero Mara estaba muy inquieta—. O deja que Abraham se enfoque en su relación con Draco. Que arregle él mismo su desastre. Y nadie sabrá nada nunca. Ellos serán felices y tú también. Esto se olvidará.

—Abraham necesita entender que no puede jugar con las personas de esa manera. Especialmente con la gente que se preocupa por él y que él dice querer —dijo Mara, visiblemente enojada.

—¿Entonces esto se convertirá en una especie de venganza personal donde tienes que castigar a Abraham?

Mara lo miró triste porque sabía que estaba mal, pero en ese momento, más que nunca, sentía como si fuera su deber.

—Es mi deber.

—No lo es —la interrumpió Aslan, tomando sus manos y besándolas.

—¡Chicos! —Diaval gritó desde unos metros de distancia, y Aslan levantó la mano deteniéndolo.

—Ahora no, Diaval.

Diaval asintió confundido, dio media vuelta y se fue con los chicos, quienes los miraban desde lejos, intrigados.

—¿Por qué crees que Abraham está haciendo todo esto de repente? —Aslan la miró a los ojos—. ¿No crees que te va a afectar más decirle esto a los demás que dejar que él arregle sus problemas? Piénsalo, todo está bien, incluso él está bien, Draco está bien, su familia. Hace unos días, él te decía que quería llevar a Draco a viajar, formalizó todo con su familia. Mara, quizás Abraham te está manipulando para que le digas todo a la familia y al final tú quedes mal. Amor, sabes que yo y Draco no nos llevamos bien, él ha manipulado más de lo que crees a las personas. Creo que Abraham y él son el uno para el otro. Ahora mismo solo estoy hablando en voz alta, pero Draco podría estar manipulando a Abraham para que te diga estas cosas y tú quedes mal con la familia. Ya me habías comentado que entre tu familia hay roces, eso podría alimentar mi teoría. También está la parte de que no importa si Abraham tiene sentimientos por ti, si él sigue con Draco, todo está bien, a menos que él haga algo físico contigo. Hay veces que personas casadas se interesan en otras pero nunca hacen nada, solo es un interés y con el tiempo se les va. —Apretó sus manos enlazadas con más fuerza—. No hagas nada con esta información y observa tu alrededor, piensa por ti misma. No hagas caso a nada de lo que te acabo de decir, toma esta decisión tú, pero observa. No hagas nada por impulso.

AslanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora