Esta historia sigue los '12 Meses' de una situación de amigas con beneficios en la que Lisa y Jennie se encuentran después de tropezar en una fiesta de Navidad.
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Un nuevo comienzo lleva a Lisa a New Orleans, mientras que la esp...
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A veces, la nueva normalidad resultaba normal, como si lo hubieran estado haciendo desde el principio.
Los sábados comían beignets y tomaban café con achicoria. Lisa venía los martes a ver Jeopardy y a pedir comida para llevar.
Veían documentales e intercambiaban mimos y orgasmos. Salían con sus amigas, iban a bares y tenían citas en restaurantes, pistas de bolos y cines.
Otros días, la nueva normalidad se sentía nueva.
Lisa se quedaba a dormir en casa de Jennie a menudo porque esta última tenía que levantarse muy temprano para ir a la escuela, pero Jennie se quedaba a dormir los fines de semana.
Sus amigas no paraban de hacerles bromas sobre el cambio de etiqueta de lo que hacían, alegando que básicamente llevaban saliendo desde marzo.
Así que algunos días todo parecía normal y otros todo parecía nuevo. Y todos los días era maravilloso. Mayormente maravilloso.
Excepto que había momentos en los que Lisa se sentía a un millón de kilómetros de distancia, cuando estaba tan sumida en sus pensamientos que sabía que no estaba presente con Jennie.
Pero era difícil lanzarse de cabeza a algo que deseaba tan desesperadamente cuando pasaba la mitad del tiempo preocupada por asustar a Jennie con la magnitud total de sus sentimientos.
Porque por mucho que quisiera entrelazar su vida con la de Jennie y gritar desde todos los techos que Jennie la quería, seguía preocupada. Le preocupaba que la castaña sólo hubiera expresado sus sentimientos porque se había desmoronado y perdido el control delante de ella. Le preocupaba que Jennie hubiera cambiado de opinión. Le preocupaba que Jennie cambiara de opinión si Lisa hacía algo drástico como usar la palabra 'novia' o preguntarle sobre planes que tendrían lugar en el futuro.
─ ¿Lisa?
─ ¿Hmm?
─Estás mirando los créditos de una película que terminó hace cinco minutos, ─ dijo Jennie con una arruga en la frente mientras volvía con una pila de historias para calificar.
─ Quería saber quién era el... operador del boom, ─ intentó bromear Lisa, apartando los ojos de la pantalla.
Jennie le dedicó a Lisa la misma pequeña y preocupada media sonrisa que le dedicaba siempre que la pillaba distraída. Volvió a tumbarse en el sofá y se puso las gafas, dejando de fijarse en los papeles que tenía sobre el regazo.
─Tienes mucho que calificar, ─ comentó Lisa, pasando una mano por los cabellos de Jennie.
─Mi vida es calificar trabajos, ─ Jennie se rió débilmente, quitando el tapón del bolígrafo con los dientes.
─ ¿Eres amable al calificar? ─ preguntó Lisa mientras se acercaba y le acariciaba el cuello con la nariz. Jennie se ablandó un poco ante el contacto, dejándose llevar por el tacto y la sensación de tener a Lisa cerca de ella.
